Sociedad
La falta de infraestructuras condena a la Cuenca del Guadalquivir a tirar agua
Desde que arrancó el año hidrológico, se han dejado de almacenar 2.700 hm3, suficiente para dos campañas de riego
Los embalses andaluces pierden agua por primera vez desde enero, pero siguen por encima del 60,4%. La asociación líder del regadío andaluz, Feragua, advierte de que «la Cuenca del Guadalquivir vierte al mar más agua de la que almacena con las lluvias por el déficit de obras de regulación y el bajo rendimiento de sus estaciones de bombeo».
Feragua señala que «desde el 1 de octubre se embalsaron 2.500 hm3 pero se dejaron de almacenar 2.700 hm3, un volumen de agua que daría para dos campañas de riego de dotaciones completas».
Este dato, aseguran los regantes, «revela la necesidad urgente de inversiones en infraestructuras: nuevas presas, recrecimiento de presas existentes, balsas e infraestructuras de bombeo», enumeraron.
Feragua recuerda también que «pasada ya la mitad del actual ciclo hidrológico, las obras hidráulicas aprobadas en planificación aún no se han iniciado».
Asimismo, «estaciones de bombeo como la de la Breña II, que hubieran podido aportar hasta 85 hm3 más a este embalse durante este año hidrológico, no lo han hecho al estar funcionando a un rendimiento del 25% de su máximo potencial», manifestaron los regantes.
El presidente de Feragua, José Manuel Cepeda, considera lamentable esta situación y afirma que «duele ver cómo las aguas de escorrentías no se almacenan por culpa del deficiente funcionamiento de algunas infraestructuras y la inejecución de otras».
Desde el comienzo del año hidrológico, el 1 de octubre de 2024, la cuenca hidrográfica del Guadalquivir ha vertido al mar un total de 2.715 hm3 de aguas de escorrentías, que no ha sido capaz de almacenar por el déficit de obras de regulación y el bajo rendimiento de sus estaciones de bombeo, insisitó Feragua. «Son 200 hm3 más del volumen que sí ha podido embalsar en sus presas, el cual suma un total de 2.515 hm3, gracias a los cuales las reservas han pasado del 30,1% al inicio del año hidrológico al 61,41% ya entrado mayo y comenzada la campaña», señaló Feragua. «Con el agua de escorrentías no almacenada estos niveles serían muy superiores. El volumen que se podría haber almacenado representa de hecho el equivalente al desembalse de dos campañas de riego con dotaciones completas», explicaron los regantes.
«El agua no almacenada es el doloroso reverso de unas lluvias que han estado muy por encima de la media de los últimos 25 años, gracias sobre todo a las fuertes precipitaciones registradas en marzo y abril, coincidiendo con el paso de varias borrascas importantes (Jana, Konrad, Laurence y Martinho). Con estas lluvias, los embalses del Guadalquivir pudieron almacenar 1600 hm3 en la Regulación General, el principal sistema que abastece al regadío, y 915 hm3 en el resto de sistemas de la Cuenca. Pero lo cierto es que se podrían haber almacenado muchos más con una red de infraestructuras más completas y con mejor rendimiento», señaló Fereagua. «El agua que no hemos sido capaces de almacenar representa, por tanto, para los regantes asociados a Feragua, la muestra más palmaria de la necesidad urgente de inversiones en infraestructuras», señalaron.