Tribunales

El conductor ebrio que mató a un motorista cuando iba a un juicio por beber acepta 5 años de cárcel

La familia señala que “ni aceptamos ni admitimos su perdón porque lo que ha hecho ha sido un crimen”

Juicio contra el acusado de matar a un motorista en Granada cuando conducía ebrio.
Juicio contra el acusado de matar a un motorista en Granada cuando conducía ebrio.EUROPA PRESSEUROPA PRESS

El hombre acusado de matar a un motorista el 3 de octubre de 2021 cuando conducía ebrio por la circunvalación de Granada y se dirigía, precisamente, a un juicio por alcoholemia ha aceptado este miércoles una condena de cinco años de prisión por estos hechos y ha pedido perdón a la familia de la víctima por el daño causado.

El acusado, de 53 años, se ha declarado culpable y ha aceptado una penal total de cinco años de cárcel como autor de los delitos de conducción temeraria, homicidio por imprudencia grave y por conducción bajo los efectos de bebidas alcohólicas. Junto a ello, será condenado a la privación de pilotar vehículos a motor con la consecuente pérdida definitiva de la vigencia del permiso de conducir durante nueve años, en la línea del acuerdo que han cerrado la partes y por el que no ha sido necesario celebrar el juicio, tras lo que la magistrada ha dictado la sentencia ‘in voce’ en la sala.

Se da la paradoja de que la mañana en que atropelló a este motorista, el acusado se dirigía al Juzgado de Guardia para la celebración de un juicio rápido por alcoholemia, ya que el día anterior conducía por la N-432 y tras ser parado por la Guardia Civil con síntomas de embriaguez se le sometió a una prueba de alcoholemia en la que dio positivo de 1,13 y 1,05 miligramos de alcohol por aire espirado.

Tras reconocer los hechos, el acusado ha querido trasladar su pésame y sus “más sinceros perdones” por el daño que ha causado a la familia de la víctima, un funcionario judicial de 54 años que el día de los hechos se dirigía al gimnasio en su motocicleta y fue arrollado por esta persona. Tenía dos hijos y estaba casado.

“No se va a hacer justicia”

La familia del fallecido, que ha ejercido la acusación particular en el proceso representada por el letrado Juan Fernando Hernández, de Bufete Ganivet, ha trasladado a los medios que “hoy se va a cumplir la ley” pero “no se va a hacer justicia”.

“Ni aceptamos ni admitimos su perdón porque lo que ha hecho ha sido un crimen”, ha señalado a los medios el cuñado de la víctima y hermano de la viuda, José Fontana, que ha reclamado un endurecimiento de las penas para este tipo de casos, que a su modo de ver deben ser considerados homicidios dolosos en tanto que son fruto de “conductas temerarias” al volante.

Antes de la vista, compañeros y amigos del fallecido, que ejercía su labor en el Juzgado de lo Social 7 de Granada, se han concentrado frente al edificio judicial de La Caleta para reclamar leyes más estrictas y justicia para la víctima.

La víctima, F.M., de 54 años, se dirigía aquel domingo en su motocicleta al gimnasio, sobre las 9,30 horas, cuando fue arrollado por este conductor en la autovía GR-30 a su paso por Armilla (Granada); estaba casado y tenía dos hijos.

La familia, que ejerce la acusación particular en la causa y ha solicitado una condena de seis años de prisión, reclama que se haga “justicia” y un cambio en la ley para que este tipo de casos sean considerados homicidios dolosos en vez de imprudentes, pues no se producen “inconscientemente en condiciones normales” por un “descuido”.

Según el relato de la Fiscalía, el acusado, de 53 años, se incorporó a la GR-30 en sentido Jaén sobre las 9,15 horas con su vehículo tras haber ingerido bebidas alcohólicas que “limitaban sus facultades para una correcta conducción”, lo que propició que condujera “de manera irregular, distraído, dando bandazos de uno a otro carril”, lo cual fue observado y “sufrido” por otros usuarios de la vía. De hecho, a dos de ellos se aproximó de “manera sorpresiva” lateralmente y estuvo a punto de colisionar con ellos.El fiscal precisa que este tramo de circulación es recto, existe una limitación específica de 90 kilómetros por hora y había buena visibilidad y condiciones atmosféricas.

En un momento dado, a la altura del kilómetro 16,00 de la vía, el investigado supuestamente superó un carril de aceleración y se incorporó a la circulación colocándose en el carril derecho y “dada la manera de conducir descrita, su falta de atención en la conducción y la omisión más elemental del deber de cuidado propiciada por su ingesta de bebidas alcohólicas”, no se percató de que por su lado izquierdo circulaba correctamente la motocicleta de la víctima.

Arrastró a la víctima

Así, según se añade, sin realizar maniobra evasiva alguna ni de frenado, invadió el carril izquierdo y embistió la parte trasera de la motocicleta, saliendo el casco que usaba el motorista desprendido por la violencia del impacto, y tanto la motocicleta como el motorista, que cayó al suelo, quedaron enganchados por el vehículo del acusado.

Los arrastró durante bastantes metros y pasó por encima del motorista, hasta que finalmente paró porque la motocicleta le dificultaba la marcha. Después de parar y en las maniobras que realizó para retirar su vehículo, dio marcha atrás y volvió a atropellar por el brazo el cuerpo de la víctima, que yacía malherido en el suelo.

El hombre fue auxiliado por varias personas y por una ambulancia que pasaba por el lugar, pero nada pudo hacerse por salvar su vida, dado el grave traumatismo craneoencefálico que sufrió.

Expone el fiscal que el acusado “presentaba síntomas claros de ir bajo la influencia de bebidas alcohólicas”, por lo que la dotación de la Guardia Civil que se personó en el lugar le practicó la prueba de alcoholemia, que arrojó un resultado positivo de 1,04 y 1,13 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. El acusado se negó a contrastarlo con un análisis de sangre.

“Se da la paradoja de que esa mañana se dirigía al Juzgado de Guardia ya que estaba citado para las 10,00 horas para la celebración de un juicio rápido por alcoholemia, ya que el día anterior conducía por la N-432 y fue parado por la Guardia Civil, que al apreciarle síntomas externos de embriaguez le sometió a la prueba de alcoholemia y dio positivo de 1,13 y 1,05 miligramos de alcohol por aire espirado”, según expone el Ministerio Público en su escrito de acusación.

La familia de la víctima, representada, por el abogado Juan Fernando Hernández, de Bufete Ganivet, solicita que el acusado sea condenado a seis años de prisión como autor de los delitos de conducción temeraria, conducción bajo los efectos de bebidas alcohólicas y homicidio por imprudencia grave, por los que también reclaman que se imponga al acusado la privación del permiso de conducir y del derecho a pilotar vehículos de motor.