Sociedad
Gestiones contrarreloj para traer a España al hijo de unos malagueños con un tumor cerebral
Oliver tiene dos años y medio y vive en Playa del Carmen, en México
La vida de Oliver, que tiene dos años y medio y vive desde hace unos meses junto a sus padres, malagueños, en México, pende de un hilo. Al pequeño le diagnosticaron hace unos días un tumor cerebral que los médicos mexicanos se niegan a operar por falta de medios, por lo que la familia trata a contrarreloj de volar a España para que reciba la atención médica que necesita.
Un hospital de Barcelona ha tenido conocimiento del caso de Oliver y se ha ofrecido a operarle cuanto antes, así que los padres están intentando reunir los medios económicos y materiales necesarios para hacer posible la delicada intervención que salvaría al pequeño, al que en México dan solo unas semanas de vida, según explica a EFE el tío del menor, David Romero.
Los padres de Oliver, que desde hace un año viven en Playa del Carmen, en la Península de Yucatán, llevaron al niño al hospital el pasado 13 de octubre al notar que le costaba andar, estaba apático, débil y había perdido el apetito.
Allí le realizaron varias pruebas diagnósticas que concluyeron que Oliver tenía un tumor cerebral en la fosa posterior y, a causa de ello, hidrocefalia, es decir, acumulación de una cantidad excesiva de líquido cefalorraquídeo en el cerebro.
El estado de Oliver empeoró notablemente en cuestión de días, hasta el punto que dejó de comer, hablar y caminar, por lo que el pasado miércoles le extrajeron de urgencia el líquido que presionaba su cerebro y le hacía perder funciones cognitivas.
“Oliver se sometió a su primera cirugía para drenar líquido cerebral y reducir la presión en la cabeza. Parece haber ido bien”, explica su padre, Alejandro Romero, que tiene 35 años y es instructor de buceo en Playa del Carmen.
Sin embargo, según explica el tío paterno, el hospital público en el que está ingresado el niño no está preparado para extirpar el tumor de grado 3 que tiene en su cabeza y le da “entre quince días y un mes de esperanza de vida si no se opera”.
“El tumor es muy grande y está muy cerca del tronco encefálico, por lo que debe extirparse o reducirse lo antes posible. Aquí en el hospital no quieren/pueden operar y estamos organizando todo para volar a Barcelona lo más rápido y seguro posible”, indica el padre en su perfil de Instagram.
Los progenitores de Oliver han intentado recurrir a la sanidad privada mexicana para que operen al pequeño, pero les piden unos 100.000 euros que no pueden pagar.
También se han puesto en contacto con la Embajada española para que les facilite un avión medicalizado que lleve a Oliver hasta Barcelona con todas las garantías. En este caso, explica David Romero, España descarta habilitar este transporte porque la sanidad pública mexicana cubre, a priori, la operación.
La alternativa que baraja la familia es comprar un billete en vuelo regular de Cancún a Madrid y desde allí llevar a Oliver en una ambulancia medicalizada hasta Barcelona, donde el próximo lunes le espera un equipo de neurocirujanos para valorar y tratar de operarle.
“Por una ambulancia medicalizada nos piden entre 5.000 y 7.000 euros y eso tampoco lo cubre el Ministerio de Sanidad”, comenta el tío, que ha puesto en marcha varias iniciativas solidarias para intentar recaudar los fondos necesarios para traer a España a Oliver.
“En México nos dicen que no tienen el instrumental necesario para operar este tipo de tumor, por eso tenemos que traerlo a España, donde los médicos nos dan un mejor pronóstico”, subraya el tío del pequeño, que trabaja también como instructor de buceo en Almuñécar (Granada).
El tiempo juega en contra de Oliver. Su familia ha puesto toda la maquinaria en marcha para que este mismo fin de semana el niño pueda volar a España y ser atendido por los mejores expertos en este tipo de tumores. Pese a los contratiempos, mantiene la esperanza de “que todo salga bien”.
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