Desarrollo inmobiliario

El negocio de las residencias de lujo

La Costa del Sol aspira a convertirse en un referente para las branded residences

Adquirir una vivienda de más de 500.000 euros da acceso a los programas de residencia
El negocio de las residencias de lujoEuropa Press

Málaga avanza en su objetivo de exhibir su potencial y las mejores condiciones para vivir, trabajar e invertir, en un contexto en el que la capital de la Costa del Sol, consolida la elección de sedes de importantes agencias internacionales como la casa de las Naciones Unidas (UN House), o de multinacionales tecnológicas, como es el caso de Google.

Con estos mimbres, la provincia, especialmente la capital, es ya reconocida desde un prisma internacional en ámbitos como la cultura, las nuevas tecnologías o el turismo, lo que se traduce en la gran demanda y consecuente crecimiento demográfico experimentado en los últimos tiempos.

Y esa proyección se traduce en el hecho de que la provincia sea el ecosistema perfecto para ambiciosos proyectos a nivel inmobiliario, para dar respuesta a las nuevas demandas de su población y de potenciales visitantes y residentes.

No es baladí que acabe de haber sido reconocida como el mejor lugar del mundo para vivir según recoge la revista Forbes a partir de la gran encuesta de InterNations correspondiente al año 2023, en una lista que suma y ordena 49 ciudades y se basa en la valiosa percepción subjetiva de los expatriados.

En ese contexto, y para dar respuesta a la gran demanda existente y la que está por llegar, los expertos vaticinan que la Costa del Sol se convierta en un referente para las llamadas residencias de marca, –branded residences–, y a corto-medio plazo esta modalidad de alojamiento superará las 1.200 unidades, permitiendo a la provincia competir con mercados internacionales de primer nivel como Estados Unidos, México o Emiratos.

Las residencias de marca datan de 1927 cuando abrió sus puertas en Nueva York el hotel Sherry-Netherland aunque experimentaron un boom en la década de los ochenta. Se trata de unidades alojativas integradas en complejos residenciales u hoteleros diseñadas y gestionados por grandes operadores hoteleros mayoritariamente internacionales especializados en el segmento del lujo.

A nivel mundial se prevé que crecerán un 55 por ciento hasta el año 2026 a partir de 324 proyectos con más de 26.000 unidades residenciales en cincuenta y dos países; de ellas, 186 están ya en activo, y el resto se irá ejecutando progresivamente en los próximos años, según un informe de Knight Frank.

En España, el mercado se prepara para liderar el despegue de ese nuevo concepto de viviendas, que emerge a nivel doméstico, gracias a marcas de alto standing como hoteles, firmas de moda o gigantes del motor.

Estas branded residences atraen a una multitud «adinerada» que puede no tener tiempo para dedicarse a buscar una propiedad secundaria; esos condominios y fraccionamientos infunden confianza en los compradores, ya que saben que la propiedad en la que están invirtiendo tendrá un cierto nivel de calidad al que están acostumbrados.

Madrid, Barcelona y las Islas Canarias concentran la oferta actual, si bien Málaga se ha posicionado como la ubicación preferida para los próximos proyectos en construcción o en desarrollo y podría aproximarse al millar de viviendas de esta tipología en 2027. Así, la provincia de Málaga, con Marbella como foco de atracción, contabiliza el 93 por ciento de la oferta futura de este mercado.

Entre los operadores hoteleros que han puesto su foco en Málaga, según un informe de la consultora internacional Colliers, se encuentran Four Seasons y Marriott, con proyectos en Marbella, la cadena americana Hilton y el grupo francés Accor, con desarrollos en Benalmádena y Benahavis respectivamente. En conjunto las branded residences abanderadas por operadores hoteleros sumarán unas 600 unidades en los próximos 4 años.

Se espera que cada vez más grupos hoteleros y no hoteleros se unan al mercado de branded residences; de hecho en Málaga esa diversificación se puede ya observar puesto que actualmente, además de players hoteleros de primer nivel se están desarrollando alguno de los proyectos más relevantes a nivel nacional.

Liderados por marcas ligadas al mundo de la moda o el motor, como Fendi, Karl Lagerfeld, Ellie Saab, Dolce & Gabbana, Missoni o Lamborghini, estas marcas, que en conjunto están abanderando 276 nuevas branded residences, se han unido a promotores nacionales o internacionales para desarrollar sus exclusivos productos.

Excepto las residencias de la marca Missoni, que se construirán en Casares, y las de Lamborghini que se ubican en Benahavis, todas ellas se harán realidad en la ciudad de Marbella.

Según Iñigo Molina, Director de Colliers en Andalucía, «el apetito por estos activos está en auge», habida cuenta de que «la combinación de promotor y marca de reconocido prestigio aportan un plus al comprador que, no solo considera el proyecto inmobiliario como un activo al uso dentro de su entorno y con sus atributos, sino que tiene en cuenta como una opción de inversión mejor que otras disponibles sin marca asociada».

En este sentido, ambas partes, promotor y marca, perciben esa potencial inversión como «más segura, de mejor calidad, más rentable y más líquida en caso de querer desinvertir. Y esto solo acaba de empezar».

Con todo, no sólo se trabaja en atraer talento e inversiones extranjeros, –no en vano en Málaga conviven un total de 140 nacionalidades– sino que se ha desplegado una ambiciosa estrategia para retener el talento local para retroalimentar el progreso.

Esa estrategia pivota sobre el Plan Estratégico de Málaga, el elemento vertebrador sobre el que se quiere basar el desarrollo social, cultural, urbano, económico y tecnológico de la ciudad, iniciado en el año 1992 y alineado a día de hoy con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030 de las Naciones Unidas.

De manera específica, en 2018 se inició el Plan Estratégico de Innovación tecnológica con algo más de 200 proyectos circunscritos a seis ejes sobre los que vertebran las actuaciones: hábitat sostenible y seguro; movilidad inteligente; economía innovadora; infraestructuras TIC; transformación digital y, por último, servicios al ciudadano.

El Ayuntamiento aspira a que la ciudad siga siendo «una capital en la vanguardia de la cohesión social y en la promoción internacional», y aplaude indicadores como el ranking del IESE (Cities in Motion) que sitúa a Málaga como la primera ciudad española de las que no son capital autonómica, y por delante de casi todas las capitales autonómicas.