
Agravio a Andalucía
El Prat, ampliado: el aeropuerto de Málaga seguirá «en lista de espera»
La inversión de 3.200 millones en Barcelona del Gobierno contrasta con la parálisis de otros proyectos

Málaga suma un nuevo «agravio» por parte del Gobierno de España o, al menos, así lo entienden desde el Ayuntamiento, la Diputación Provincial y la Junta de Andalucía. El presidente catalán, Salvador Illa, anunció ayer que Aena invertirá 3.200 millones de euros en la ampliación del Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, un proyecto que contempla extender la tercera pista, la más cercana al mar, en 500 metros. Illa supera así los problemas medioambientales del proyecto, que contaba con la oposición de algunos grupos políticos catalanes. Sin embargo, la ampliación del aeródromo de Málaga sigue bloqueada, pese a que se trata de una reclamación unánime de todos los partidos políticos en la provincia.
De hecho, sin ir más lejos, en un reciente Pleno de la Diputación de Málaga se aprobó por unanimidad –con enmiendas de PSOE y Con Málaga–, una propuesta del PP para instar al Gobierno a que considere que la ampliación del aeropuerto Málaga-Costa del Sol tenga «un carácter prioritario»; para que el Gobierno inste a Aena a que incluya el aeródromo malagueño dentro del plan de inversiones que acomete anualmente; y que asuma la ampliación y cumpla con su compromiso para que el aeródromo «siga siendo uno de los motores que impulsen el desarrollo y el crecimiento de la provincia de Málaga».
En este sentido, también hace menos de un mes, el consejero de Turismo y Andalucía Exterior, Arturo Bernal, remitió una carta al ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, en la que reclamaba abordar de forma «urgente» las «acciones excepcionales» previstas en el Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA) 2022-2026 «para una inmediata ampliación» del aeropuerto de Málaga-Costa del Sol.
En la misiva, Bernal recordaba que en 2024 la previsión de crecimiento del tráfico total de pasajeros en la red de Aena era del 11,07%, «pero los datos reales han superado este umbral, alcanzando un incremento del 11,5%».
El consejero andaluz explicaba al ministro Puente que «este crecimiento sostenido continúa en 2025, con más de 1,3 millones de llegadas solo en los primeros meses del año, lo que supone un incremento del 4,3% respecto al mismo periodo del año anterior».
En esta línea, «el documento recoge una previsión de total de pasajeros para 2026 de 20,7 millones, cifra que se ha superado con creces en el pasado 2024 cuando en el Aeropuerto Málaga-Costa del Sol se rozaron los 25 millones», lo que, advertía en su carta, supondrá que a «este ritmo de crecimiento alcanzará a finales de 2026 el límite operativo de 30 millones de pasajeros».
La dimensión del aeropuerto de Málaga va más allá de la provincia ya que es el más importante de la comunidad. Hasta el mes de abril de este año, los aeropuertos andaluces recibieron 11.082.651 pasajeros, un 6,6% más que el mismo periodo del año pasado. De esa cifra, Málaga recibió 7,1 millones de pasajeros (un 7,4% más con respecto al mismo periodo de 2023), seguido por el de Sevilla, con 3,1 millones de viajeros (+7,5%); y el de Granada, con 386.498 pasajeros (+5,4%).
A todo ello hay que unir que Málaga lleva décadas reclamando otros proyectos de movilidad trascendentes para la provincia, como es el caso del tren litoral, que va desde Algeciras (Cádiz) a Nerja (Málaga) y del que sólo se ha licitado la viabilidad del proyecto; la mejora del Cercanías; la ampliación de la red viaria; o la bonificación de la autopista de peaje de la Costa del Sol.
La semana pasada, el Gobierno de España también ha rechazado financiar parte del Auditorio o participar en este proyecto.
Sevilla también alza la voz
Por su parte, el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, también lamentó el doble rasero del Gobierno y recordó que «en estos años» con Pedro Sánchez como presidente «han ido ya 9.300 millones de euros para transportes e infraestructura en Cataluña» mientras Sevilla sigue «esperando la SE-40»; «el cierre del anillo de cercanías y la conexión ferroviaria con el aeropuerto»; o la ampliación de la estación de Santa Justa, «pequeña después de más de 30 años».
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