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Historia

¿Quién fue la primera mujer que regentó una imprenta en Andalucía?

Publicó varios best-sellers, entre los que figuran traducciones de Erasmo de Rotterdam y obras de Juan de Cazalla y Constantino Ponce de la Fuente

Firma de Brígida Maldonado Junta de Andalucía

Brígida Maldonado fue la primera mujer al frente de una imprenta en Andalucía de la que se tiene constancia. Librera e impresora, formó parte de la familia y la compañía sevillana Cromberger, la empresa editorial más importante de la España de la primera mitad del siglo XVI y la primera en abrir una imprenta en el Nuevo Mundo. Así lo atestiguan varios documentos custodiados en el Archivo Histórico Provincial de Sevilla, entre los que destaca un poder notarial, fechado en mayo de 1541 y firmado por la 'triste Brígida Maldonado', que puede verse, hasta finales de agosto, en la muestra temporal que el archivo dedica a diversos protocolos notariales.

La Junta ha informado que el archivo también atesora otros documentos relacionados con esta mujer impresora, como su testamento, fechado el 1 de mayo de 1590, o el documento datado el 20 de marzo de 1544 en el que uno de sus criados habla de ella como "la ynprimidora, que fue la mujer de Juan Cromberger".

Durante cinco años, entre 1540 y 1545, Brígida Maldonado emprendió numerosos negocios de venta e impresión de libros, consiguiendo mantener la pujanza de la empresa editorial que había sido fundada por su suegro, el impresor alemán Jacobo Cromberger. Este "pionero" del mundo del libro se había instalado en la floreciente Sevilla en la última década del siglo XV, dando inicio a una dinastía clave para el sector editorial de la España Moderna.

Asimismo, el Gobierno andaluz ha detallado que en la época en que este negocio fue dirigido por Jacobo y después por su hijo Juan, llegó a decirse que dos de cada tres libros impresos en la península ibérica salían de este taller. Al enviudar del segundo miembro de la saga, el impresor Juan Cromberger, Brígida Maldonado, nacida asimismo en el seno de una familia de libreros de Salamanca -los Carón- quedó a cargo de sus nueve hijos menores de edad.

Por su parte, el historiador y profesor emérito de la Universidad de Oxford, Clive H.Griifin, ha señalado que en ese momento Brígida tuvo cuatro alternativas: volver a casarse con un impresor, como era frecuente en la época; pasar la gerencia a un pariente o empleado de confianza; regentar la imprenta con su propia rúbrica, o dirigirla ella misma, pero en nombre de su difunto marido hasta que su hijo mayor -Jacóme - alcanzara la edad y experiencia necesarias.

Eligió esta última opción, lo que explica que su nombre no esté impreso en los colofones o pies de imprenta de las obras salidas de los talleres Cormberger en los cinco años que ella estuvo al frente, sino que en su lugar figure el de su marido ya fallecido. En todo caso, como escribió Clive H. Griffin, en el nº 40 de la revista 'Andalucía en la Historia', esta pionera "se mostró innovadora y emprendedora".

Entre otras acciones, la Junta ha destacado que publicó varios best-sellers, entre los que figuran traducciones de Erasmo de Rotterdam y obras de Juan de Cazalla y Constantino Ponce de la Fuente; adoptó nuevas estrategias comerciales, como la publicación de ediciones desglosables; contrató a otros talleres para que imprimieran ediciones en nombre de la casa Cromberger en épocas de gran demanda, e incluso negoció una renovación de su monopolio sobre la venta e impresión de libros en el Nuevo Mundo.

A partir de diciembre de 1545, el nombre de Juan fue reemplazado por el de Jacóme en los pies de imprenta de los libros de la casa Crombeger, de lo que se deduce que su hijo, representante de la tercera generación de esta saga de impresores, tomó el relevouna vez cumplida su mayoría de edad.

En todo caso, según ha valorado el citado historiador británico, el caso de Brígida Maldonado "fue francamente excepcional, demostrando que el papel jugado por las mujeres en el mundo del libro hasta finales del siglo XVI fue más activo de lo que se venía pensando".

Al respecto, el Ejecutivo andaluz ha detallado que el 'Documento del mes' es una iniciativa del Archivo Histórico Provincial de Sevilla, dependiente de la Consejería de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, en el marco de la cual presenta episodios significativos del pasado.

En esta ocasión, ha seleccionado documentos correspondientes a los fondos notariales, que corresponden a protocolos del Distrito Sevilla y Utrera, de titularidad estatal y conservación permanente. Los fondos notariales ingresaron en el Archivo Histórico Provincial por acuerdo del Colegio Notarial de Sevilla y la Dirección General de Bellas Artes y Archivos del Ministerio de Cultura, por diferentes transferencias, desde 1990 hasta este año.

Los documentos abarcan seis siglos, desde 1441 hasta 1924, siendo los conservados en Sevilla uno de los más voluminosos de España, constituyendo una fuente de especial importancia, riqueza y variedad para la investigación histórica.