Patrimonio
La Giralda desafía el paso del tiempo: cada vez más cerca de la original
Concluye la restauración de las cuatro caras de la torre, pero los trabajos continuarán en el cuerpo de campanas y de azucenas
La Giralda es el monumento más conocido de Sevilla, visitado el año pasado por casi 2,5 millones de turistas. La Giralda es la torre campanario de la llamada Catedral de Santa María de la Sede. La parte inferior de la torre es el alminar de la antigua mezquita almohade de finales del siglo XII. La parte superior es una construcción sobrepuesta en el siglo XIV, para albergar las campanas, ya en época cristiana. Según recoge la Archidiócesis de Sevilla en su fondo documental, el primer proyecto contemporáneo de restauración de la torre dio comienzo en 1884 y los trabajos se prolongaron durante cuatro décadas.
A partir de entonces y a lo largo de los años, el monumento más famoso de Sevilla ha ido restaurándose para su conservación. La última se inició en 2017, con la intervención de las cuatro caras de la torre, y ha terminado ahora tras siete años y una pandemia de por medio. «La Giralda se ha acercado más que nunca a la torre original», aseguró el arquitecto responsable de estos trabajos, Eduardo Martínez Moya.
Este último proyecto de conservación ha tenido un coste de tres millones de euros, todos sufragados, en exclusiva, con los ingresos derivados de la venta de entradas a la visita cultura a la Catedral.
Respecto a los trabajos de investigación y documentación, se han realizado los estudios geométricos de las formas correspondientes a los paños de sebka –elementos decorativos en forma de rombo– de esta cara norte; se han realizado tomas de muestras para su ensayo en laboratorio tanto de ladrillos, morteros, revestimientos, pigmentos, maderas y metales, y se han realizado catas de reconocimiento de análisis constructivo de la ejecución de la obra de fábrica de la fachada.
En cuanto a las labores de restauración, para los elementos pétreos se ha aplicado silicato de etilo, en las zonas que presentaban arenización, mientras que en el caso de fisuras y piezas despegadas se ha recurrido a la intervención con fibras de vidrio. Además, se han realizado reintegraciones de volúmenes y se han recuperado piezas cerámicas en las fábricas y en los paños de sebka.
Dentro de la recuperación de los elementos pétreos es especialmente significativa la intervención que se ha tenido que realizar sobre la placa conmemorativa que se encuentra a los pies de la Giralda en su cara norte, que se ha reproducido letra a letra, tras ser escaneada en 3D. De esta forma, «sabemos exactamente lo que decía y hemos recuperado el texto completo», que se colocó en su día coincidiendo con el remate del Giraldillo, destacó en rueda de prensa Martínez Moya.
«Cuando concluye su trabajo Hernán Ruiz –maestro mayor de la Catedral desde 1557 hasta 1569–, no sólo hizo el remate de la torre sino que intervino en toda la Giralda para dar esa continuidad y unir dos artes diferentes –almohade y renacentista– separados por siglos, explicó Martínez Moya. Ruiz «repintó» la torre «respetando los colores originales» e hizo un programa iconográfico «muy completo», añadió el arquitecto. Los elementos de la torre que se han perdido en su totalidad, aclara, han sido «catalogados y guardados» y sustituidos por otros similares después del estudio de los mismos, como ha sucedido con una pieza de piedra con la cara del profeta Isaías, añadió.
Esta última intervención en la Giralda, «no ha sido sólo una tarea de limpieza superficial, sino que ha estado a la altura de las grandes intervenciones hechas en el XIX y en los años 80 del pasado siglo, esta última bajo la dirección del arquitecto y maestro conservador Alfonso Jiménez», destacó por su parte el delegado de Administración y Patrimonio del Cabildo catedralicio, Francisco Román.
Las obras continuarán
Tras las obras de la cara norte, seguirán las intervenciones en la Giralda, tal como anunció el canónigo y delegado de Administración y Patrimonio de la Catedral. Así, en el futuro «será preciso intervenir en el cuerpo de campanas y de azucenas, para restaurar el resto de la construcción almohade». En este sentido, será necesario reponer la capacidad perdida por las actuales estructuras metálicas de finales del siglo XIX que son los actuales soportes de las campanas –y que ya tuvieron que ser intervenidas puntual y parcialmente de emergencia en el año 2021, debido a la peligrosidad manifiesta en las estructuras correspondientes a la campana Santa María la Mayor–.
También está previsto intervenir en el interior de la torre, en sus rampas y cámara, y restaurar por completo el conjunto del remate renacentista. Al respecto, el Cabildo estudiará diversas opciones para compatibilizar el desarrollo de las obras con las visitas turísticas al interior de la Giralda. En cuanto a la inversión para estas fases siguientes, no se ha hecho pública aún.
Claves
►Los primeros trabajos contemporáneos de restauración se acometieron en 1884 y se prolongaron durante cuatro décadas.
►Desde entonces, se han acometido diferentes proyectos de restauración, el último en 2017, en las cuatro caras de la torre.
►Los trabajos continuarán en el interior de la torre, en sus rampas y cámara y se restaurará por completo el remate renacentista.
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