Patrimonio
¿Por qué la Giralda tiene rampas y no escaleras?
Con 104,1 metros de altura, es uno de los monumentos más fotografiados de Sevilla
Hay monumentos que caracterizan a una ciudad, hasta tal punto que están asociados directamente a su imagen. Cuando se nombra a la torre Eiffel es inevitable pensar en París. O cuando se cita a la Puerta de Brandeburgo inmediatamente se piensa en Berlín. En el caso de Sevilla, posiblemente la Giralda sea ese monumento que tiene una inmediata asociaciación con la capital andaluza.
La Giralda tiene la estructura clásica de los alminares almohades utilizada durante siglos en la mayoría de los campanarios mudéjares.
La decoración exterior se basa en vanos bíforos o ajimeces, bien con arcos de herradura semicirculares o polilobulados, rodeados por alfiz y acogidos por otro gran arco lobulado apuntado (túmido). En las calles laterales existen arcos murales que vistos de lejos parecen una red de rombos. La gran altura de este alminar la hace destacar de entre todas las demás influyendo su decoración en franjas verticales que le confiere una airosidad especial.
En el cuerpo de campanas, podemos apreciar los magníficos trabajos de sus ventanales, donde destacan los arcos y capiteles de ascendencia califal. El último cuerpo de la torre almohade fue sustituido por el deterioro sufrido en el siglo XVI por Hernán Ruiz mediante un remate renacentista sobre el que gira una estatua femenina de bronce de unos cuatro metros de altura que representa “la fe victoriosa” llamada el Giraldillo que da nombre a la torre.
Se trata de una estatua de bronce que representa el Triunfo de la Fe y que tiene función de veleta. Se le conoce como el Giraldillo, aunque hay quien la denomina Giraldilla. La escultura pesa unos 1500 kilos, mide 3,47 metros de altura y, como se ha mencionado, está hecha de bronce. Se trata de la representación de una mujer con túnica con una palma en una mano y en la otra un gran escudo guerrero.
La Giralda tiene 104,1 metros de altura. Está compuesta por un prisma central de base cuadrada, rodeada por los cuatro muros externos. Entre ambas estructuras se sitúan 35 rampas de subida -son rampas y no escaleras, como algún escritor de éxito ha escrito en alguna de sus novelas-. Estas rampas, por su gran tamaño, permitía el acceso a caballo del sultán, que podía así disfrutar de las vistas de la ciudad desde lo alto de la misma.
La Giralda sigue siendo uno de los principales reclamos turísticos de Sevilla. De hecho, la Catedral de Sevilla ha superado los 1,3 millones de visitas en lo que llevamos de año. En concreto, ha registrado 1.310.335 turistas, de modo que roza el 86% del número de personas que visitaron el templo en los ocho primeros meses de 2019, año previo a la pandemia, en el que la visita cultural de la Catedral y la Giralda registró récord de afluencia. En ese periodo, la Catedral tuvo 1.529.094 turistas.
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