Cultura

El nuevo capricho del turismo de lujo en Sevilla: la repostería conventual

Un nuevo nicho de mercado que seduce a los visitantes más exigentes: talleres privados de repostería para conocer recetas únicas

El nuevo capricho del turismo de lujo en Sevilla: la repostería conventual
El nuevo capricho del turismo de lujo en Sevilla: la repostería conventualLa Razón

El turista actual busca experiencias que completen las típicas visitas y la capital de Andalucía anda a la caza y captura de ofrecer experiencias únicas, nivel premium, para atraer al nicho del turista que sabe pagar por lo actividades que realmente aporten valor y sean memorables. Los visitantes más adinerados están descubriendo el placer de sumergirse en la tradición culinaria sevillana y aprender los secretos de los dulces más exquisitos: los elaborados en los conventos de la ciudad.

Con la sana intención de favorecer la venta y el interés de la repostería de las monjas, estos talleres exclusivos, impartidos por expertas reposteras, ya se están llevando a cabo en lugares tan emblemáticos como el Club Victoria, ubicado en la calle Puerta Osario, 14. Esta sala privada, con un ambiente íntimo y elegante, proporciona el marco perfecto para que los participantes se concentren en el arte de la repostería.

La demanda de este tipo de actividades ha aumentado considerablemente en los últimos meses, atrayendo a turistas de todo el mundo que buscan experiencias auténticas y personalizadas. Los organizadores de estos talleres, como es el caso de la reputada chef Vanesa Villamor, destacan la importancia de «preservar nuestras tradiciones culinarias y de compartir este sabroso patrimonio con quienes visitan Sevilla».

Uno de los eventos en el Club Victoria
Uno de los eventos en el Club VictoriaLa Razón

La experiencia va más allá de la simple elaboración de recetas. Los participantes no sólo aprenden a preparar dulces, como los pestiños, los tocinillos de cielo, las perrunillas de almendra o las clásicas tortas de aceite, sino que también se sumergen en la historia y la cultura que envuelven cada receta. La atmósfera íntima de estos talleres añade un toque de exclusividad y romanticismo a la experiencia.

La degustación final, siempre con risas y una copita de anís o de vino dulce, remata la jornada y cada participante se lleva a casa una cajita con las piezas que ha elaborado. Sin duda, un recuerdo dulce e inolvidable de Sevilla.