
Sociedad
Toros ensogaos: la singular tradición de un pueblo jienense
Este festejo, que aspira a convertirse de Interes Turístico Nacional, se celebra por el día de San Marcos

La "singular tradición" de las reses del pueblo marca este miércoles el inicio de los toros ensogaos en Beas de Segura (Jaén), donde, con motivo de las fiestas de San Marcos, está previsto que pasen 134 reses bravas por el recinto habilitado durante tres días.
De este modo, la mañana ha estado protagonizada por 43 animales criados por ganaderos locales y que, al terminar esta cita, regresan a sus fincas sin tener que ser sacrificados tras el festejo, en lo que supone una excepción en el reglamento taurino de Andalucía que "reconoce la identidad de esta tradición".
Aceitunera y Presumía son dos de estas reses del pueblo. Vacas bravas de los Murcianos, una familia que vive con intensidad estas jornadas, como asegura María Mayoralas. Sus tíos Juan Francisco y Nicolás Rubio han dirigido desde bien temprano el traslado al pueblo "campo a través". Son gañanes, hombres que domaban el ganado vacuno con el que se araba y los trasladaban por San Marcos hasta Beas de Segura.
"Mi abuelo Antonio se empeñó en recuperar esta tradición que se había perdido por la mecanización del campo. Su sueño era que volvieran a subir un par de vacas bravas uncidas a Beas. Y lo consiguió, en 1984 subió la primera yunta. Y a partir de ahí, si algo nos dejó, fue un respeto y un amor incondicional por esto", explica.
María --que reside en Alicante y, como muchos otros beatenses que están fuera, no se pierde San Marcos-- recalca que, "a pesar del sacrificio" que conlleva, "por suerte, la familia sigue manteniéndolo". Y, de hecho, este miércoles su primo Antonio, hijo de Juan Francisco, "se ha estrenado desunciendo" en lo que califica como "un honor enorme".
Un sentimiento que confirma su tío, quien se refiere a Aceitunera y Presumía como "dos joyas" y recuerda que, "antiguamente, estos animales se dedicaban al laboreo en el campo y se trabajaba con ellos durante todo el año" en lo que supone, precisamente, la base de este festejo.
"Los que tenían temperamento, se les hacía una prueba previa y los que daban la talla, pues subían a la fiesta. Era un elemento más de la economía familiar, solo que tenía el aliciente de que llegaba San Marcos fiesta y era una simbiosis: el hombre con el animal en el trabajo y en la fiesta. Por eso veréis que se les mima mucho", destaca Juan Francisco Rubio.
Lo cuenta desde la casa de su abuelo, "una de las últimas" que se conservan "de labriegos", en la que descansan las vacas tras las primeras carreras y antes de regresar con una de ellas a las calles. La plaza de San Marcos --epicentro del recinto de unos dos kilómetros-- es donde se desyuntan y comienzan a correr sujetas por largas sogas, como el resto de las que se desencajonan.
"El animal bravo tiende a acularse, a enmanarse. Y con las sogas lo que hacemos es evitar que deambulen todos juntos, digámoslo así. También, para en un momento dado, conducirlas a un sitio o por un recorrido. Y en última instancia, pues siempre es una pequeña salvación para el corredor. Antes de un accidente o cualquier cosa, pues siempre está la soga, aparte de los brazos de los 'sanmarqueros'", dice Rubio.
Precisamente estos, agrupados en las denominadas peñas 'sanmarqueras', constituyen un elemento fundamental de las fiestas de Beas de Segura. Al margen de los ganaderos locales, son las que, junto a la Hermandad de San Marcos, aportan las reses que pasan por el municipio. Este año, hasta 134.
El presidente de la cofradía, Juan Tomás García, alude a la relevancia de esas "alrededor de 100 peñas". "La hermandad compra doce toros, cinco vacas y 20 becerras. O sea, que hasta los 134 reces, todos los traen las peñas particulares y los ganaderos locales. Imagina la fuerza que tiene esta fiesta y cómo colabora esta gente", valora.
En concreto, en la mañana de este miércoles se sueltan 43 reses del pueblo y 19 becerras por la tarde, en el denominado festejo de San Marcos Chico. Este jueves llegará "el plato fuerte", con 62 reses en las calles, mientras que el viernes serán once.
Cifras que son posibles gracias a esa implicación social que se refleja, además, en el número de hermanos: "3.600 en un pueblo de 5.000 habitantes", según precisa García en su último año al frente de la hermandad.
"Llevamos seis años en el mandato, pero tuvimos la mala suerte de pillar los dos años de pandemia y es nuestro cuarto San Marcos. Este año está siendo un poco raro, hay sensaciones muy encontradas, tenemos las ganas de que llegue San Marcos, pero también nos da penilla que acabe una etapa que ha sido súper bonita", apunta.
Y ello, pese a que la organización de una cita como ésta es complicada, al tener que conjugar el elevado número de toros y vacas, el amplio recinto y la presencia de mucha gente en una localidad que ve multiplicada su población en estos días.
"Hemos trabajado muchísimo, somos un grupo de 15 personas actualmente y creo que nos hemos vaciado por que el nombre de nuestras fiestas esté siempre en lo más alto. Todas las directivas trabajan por nuestras fiestas, quien se mete aquí al final pues no tiene otro objetivo, trabaja de manera altruista, te gusta tu fiesta, tienes que defenderla y aquí estamos", comenta.
Un fin y una responsabilidad que dentro de poco asumirá Juan Carlos Jiménez, quien incide en vivencias que se transmite de generación en generación. "Cuando llega San Marcos, se nota en el ambiente. El pueblo está de fiesta. El pueblo sigue por cuatro días con una emoción y con una ilusión, que es lo que te da motor para el resto del año", declara.
El alcalde, José Rubio Rodríguez, coincide en resaltar ese ambiente y se detiene en la cita "especial" de las reses del pueblo, recuperando "legalmente" una tradición en 2019, "después de muchísimos años de trabajo de todo un pueblo".
En este sentido, detalla que un "reglamento bastante restrictivo" instaurado a principios de los años 90 del siglo XX, "obligaba a sacrificar" esos animales una vez finalizados los festejos, por lo que dejaron de participar.
Sin embargo, tras "mucho esfuerzo", en 2019 se logró que "se reconociera la identidad de las fiestas de San Marcos" con una excepción que evita su muerte y que, tras un paréntesis por la pandemia de covid, se hizo efectiva en 2022.
"Es una satisfacción enorme para nuestro municipio, que queremos aprovechar para intentar declarar la fiesta de interés turístico nacional. Ya lo son de Andalucía, pero vemos que tienen peso, tienen arraigo, tienen tradición suficiente para intentar conseguirlo", afirma el regidor.
Para ello, el Ayuntamiento trabaja en un expediente que recoge "esa singularidad del San Marcos antiguo que se está intentando salvaguardar": las reses del pueblo, "criadas en fincas particulares, de gente que no es ganadera profesionalmente, pero que cuida con esmero durante un día y otro a sus animales". Y ello sin olvidar "el San Marcos moderno", con "ese número de reses y ganaderías de primera" que se dan cita en la localidad.
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