Mascotas

Los distintos tipos de maullido en gatos y cómo entenderlos

Mucho más que un simple sonido, el maullido es un lenguaje que los gatos han desarrollado casi en exclusiva para los humanos y que puede esconder desde una demanda de atención hasta un grave problema de salud

El mejor lugar para ponerle el agua a su gato en casa: hay sitios donde no debería
El mejor lugar para ponerle el agua a su gato en casa: hay sitios donde no deberíaLa Razón

Un maullido insistente o un cambio repentino en la forma de vocalizar de un gato doméstico puede ser mucho más que una simple molestia. A menudo, constituye un primer síntoma de enfermedad que no debe pasarse por alto. Dolencias de envergadura, como la enfermedad renal, la hipertensión o el hipertiroidismo, pueden generar en el animal un estado de ansiedad o malestar que se manifiesta a través de estas llamadas de atención constantes. Además, es vital vigilar otros indicios de problemas de salud, ya que a veces es difícil saber si un gato está deshidratado y la vocalización excesiva puede estar relacionada con esta u otras dolencias.

De hecho, este fenómeno es especialmente relevante en los gatos de edad avanzada. A medida que envejecen, la pérdida de audición o el deterioro cognitivo pueden provocar que se sientan confusos, y el maullido se convierte en un signo de desorientación. Prestar atención a estas alteraciones en su conducta es, por tanto, una responsabilidad fundamental para cualquier dueño que se preocupe por el bienestar de su mascota.

Sin embargo, antes de alarmarse, conviene entender la verdadera naturaleza de este sonido. El maullido no es el lenguaje natural entre felinos, que se comunican principalmente a través del olfato y el lenguaje corporal. Se trata de una sofisticada adaptación, casi exclusiva para interactuar con las personas; una herramienta para comunicarse con nosotros que han perfeccionado para captar nuestra atención y transmitirnos sus necesidades de una forma directa y eficaz. De manera similar, es importante entender por qué un gato se frota contra nuestras piernas, ya que este gesto también forma parte de su complejo repertorio comunicativo con los humanos.

El diccionario felino: qué nos piden cuando maúllan

En la mayoría de los casos, la traducción del maullido es bastante sencilla: casi siempre es una petición. El animal puede estar reclamando que su comedero está vacío, que necesita una sesión de juegos y caricias, o simplemente que se le abra una puerta para explorar. Entender el contexto en el que se produce la vocalización es, por tanto, la clave para descifrar el mensaje, una idea que comparten desde TheSprucePets, donde analizan la intencionalidad que se esconde detrás de cada sonido. Satisfacer su necesidad de actividad es fundamental, y por eso es útil conocer el motivo por el que a los gatos les encanta perseguir láseres para asegurar que la sesión de juegos sea estimulante y segura.

Por otro lado, es innegable que la raza del animal influye de manera notable en su predisposición a «charlar». Las razas de origen oriental, con la siamesa a la cabeza, son famosas por ser extremadamente vocales y expresivas, utilizando un amplio abanico de tonos. En el extremo opuesto se sitúan otras como la persa, que por naturaleza tienden a ser mucho más discretas y silenciosas en su día a día.

Asimismo, para aquellos dueños que se enfrentan a un exceso de maullidos por demanda, los etólogos felinos proponen una solución contundente: ignorar por completo el comportamiento. Aunque pueda parecer duro, ceder a estas peticiones refuerza la idea de que maullar es la estrategia correcta para conseguir lo que quieren. Los especialistas advierten que, al principio, es probable que la conducta empeore en lo que se conoce como «estallido de extinción», pero solo con constancia el gato entenderá que sus llamadas han dejado de surtir efecto.