Perros
¿Tiene pulgas mi perro? Así puedes saber si tu peludo tiene parásitos
Ese pequeño parásito que vemos en nuestro perro es, en realidad, la señal de alarma de una plaga mucho mayor que se desarrolla en casa y cuya eliminación completa puede requerir un mínimo de tres meses de tratamiento
La batalla contra las pulgas es una carrera de fondo. Quien piense que basta con aplicar un producto a su perro para solucionar el problema se equivoca de lleno, pues la erradicación completa de la plaga exige un mínimo de tres meses de tratamiento ininterrumpido. El motivo es sencillo: el enemigo no es solo el parásito que vemos sobre el animal, sino la legión invisible que se esconde por toda la casa, esperando su momento para atacar. Este enfoque a largo plazo es una parte esencial del cuidado responsable durante toda la vida del animal, y es útil recordar que calcular la edad real de un perro va mucho más allá de la simple regla de los siete años.
De hecho, los expertos en parasitología advierten de que por cada pulga adulta visible en el pelaje del can, existen otras noventa y nueve en fases de desarrollo repartidas por el hogar. Son apenas la punta del iceberg de una infestación silenciosa. Una sola hembra es capaz de depositar hasta cuarenta huevos al día, dando lugar a larvas que se refugian en alfombras, sofás y cualquier rincón tapizado, donde tejen capullos que pueden permanecer latentes durante meses.
Por esta razón, el rascado insistente de un perro nunca debe tomarse a la ligera. A menudo es el primer síntoma de una irritación que puede derivar en la dermatitis alérgica por picadura de pulga (DAPP), una de las afecciones cutáneas más extendidas. Ante la menor sospecha, la consulta con un veterinario se vuelve imprescindible para atajar el problema desde su raíz y con todas las garantías. Además del rascado, es crucial prestar atención a otros cambios sutiles, puesto que ciertos comportamientos del perro pueden ser una señal de que algo más podría estar ocurriendo.
El arsenal terapéutico bajo supervisión profesional
Asimismo, es el especialista quien debe guiar la elección del tratamiento más adecuado, que hoy en día ofrece un abanico de opciones que incluye comprimidos, inyecciones o collares de nueva generación. No obstante, los tratamientos en pipeta, también conocidos como «spot-on», se han consolidado como el método más sencillo y efectivo para la gran mayoría de los casos, al combinar facilidad de aplicación y una alta eficacia. La correcta aplicación de estos tratamientos forma parte de un cuidado integral que abarca otros aspectos, como saber cómo proteger adecuadamente las pezuñas de su perro durante todo el año.
Sin embargo, es crucial actuar con cautela y seguir siempre las indicaciones del veterinario. Hay que desconfiar de soluciones caseras o productos supuestamente «naturales» sin autorización sanitaria, pues su seguridad no está garantizada. Mención aparte merecen los hogares con perros y gatos: ciertos tratamientos caninos con permetrina son extremadamente tóxicos para los felinos, por lo que su uso debe ser estrictamente supervisado para evitar una intoxicación que podría resultar mortal.