Curiosidades

En esta curiosa ermita de un pueblo de Teruel nunca deja de “llover”

Se trata de un rincón mágico del Maestrazgo turolense donde el agua parece llorar desde las rocas en honor a la Virgen del Agua

La curiosa ermita de este pueblo de Teruel: el lugar donde nunca deja de “llover”
La curiosa ermita de este pueblo de Teruel: el lugar donde nunca deja de “llover”Turismo Maestrazgo

En el Maestrazgo turolense, una de las comarcas más bonitas y desconocidas de Aragón, se encuentra un rincón que parece haber sido tallado por la magia de la naturaleza y el tiempo. Este paraje, esta cargado de historia, tradiciones y misterio, y alberga una ermita única en su tipo, un lugar que parece llorar desde sus propias paredes de piedra.

Camuflada en una ladera caliza y rodeada por la serenidad del entorno natural, la ermita del Llovedor destaca por su peculiaridad pues esta no solo radica en su emplazamiento, sino también en un fenómeno que cautivada la atención a simple vista: una "lluvia" perpetua que mana desde la roca misma.

Una ermita entre rocas y agua

La ermita del Llovedor es una construcción sencilla, con una sola nave y techo plano, pero su verdadera belleza reside en su integración con el entorno. Ubicada al borde de un peñasco, parece emerger de la montaña. El agua que gotea desde la roca le otorga su nombre y dota al lugar de una atmósfera mística. De hecho, este goteo constante ha creado un pequeño estanque a los pies de la ermita.

El Llovedor se encuentra en el municipio de Castellote, con apenas 600 habitantes, pero cargado de historia y belleza natural. Cuenta con un castillo medieval, que domina el paisaje desde lo alto, junto con las numerosas rutas de senderismo que atraviesan el Maestrazgo. Además, Castellote está cerca de otros puntos de interés, como el Pocico de San Juan o el embalse de Santolea.

Tradiciones en la ermita del llovedor

La ermita del Llovedor no solo es un lugar de belleza natural, sino también el centro de tradiciones profundamente arraigadas en Castellote, el municipio que la alberga. Cada 1 de mayo, los vecinos celebran una romería en honor a la Virgen del Agua, protectora del lugar. La jornada incluye una misa en la ermita, seguida de un almuerzo comunitario y el regreso al pueblo, un trayecto iluminado por antorchas.

Otra tradición notable es la romería de las mujeres, celebrada el sábado más próximo a Pentecostés. Esta práctica tiene su origen en el año 1405, cuando una sequía asoló la región y los habitantes acudieron a la Virgen del Agua en busca de ayuda. Según la leyenda, la lluvia llegó poco después, salvando las cosechas y motivando la construcción de la ermita como muestra de gratitud.