
Lugares perfectos
El chapuzón viral del verano asturiano está aquí
Un vivero del siglo XlX se ha convertido en un piscina de agua salada donde es un lujo remojarse

Asturias se muere de ganas de un buen remojón. Playas y ríos nunca fallan, pero este año el chapuzón viral está en Tapia de Casariego. Allí, pegada al Cantábrico, late una piscina de agua salada que hasta 1950 fue una cetárea donde se guardaban mariscos vivos. Hoy ese vivero del siglo XIX se ha convertido en “Toño el Moderno”: un vaso natural que se llena y se vacía con la marea, sin cloro ni arena, pero con todas las vistas del litoral occidental asturiano.
Su metamorfosis llegó en 2010, cuando el arquitecto Jovino Martínez Sierra rediseñó el recinto para los bañistas de ahora, pero sin arrancarle su esencia marinera. El resultado es un pequeño anfiteatro de roca y madera integrado en el paisaje: escaleras y rampas para bajar al agua, un solárium de tarima donde cabe media terraza veraniega y, al fondo, el rugido del Cantábrico que renueva el agua a cada pleamar. Gratis, sin arena pegajosa y con la misma sal que el océano.
Datos para el chapuzón perfecto
Capacidad del vaso: 50 personas
Solárium de madera: 30 plazas
Entrada: libre y gratuita
Renovación del agua: automática con las mareas (compuerta natural al mar)
Nombre oficial: “Toño el Moderno”, homenaje al primer encargado de su mantenimiento
Año de la reconversión: 2010
Arquitecto: Jovino Martínez Sierra
Así que, si el termómetro se dispara y las playas están hasta la bandera, pon rumbo a Tapia: tendrás sal en la piel, cero arena en la toalla, y el atardecer cantábrico convertido en primer plano de Instagram. Porque hay veranos que se cuentan por olas… y otros que se recuerdan por un chapuzón en la piscina más marinera del norte. ¿Vas a perderte el baño más viral del año?
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