Contaminación

Las centrales de carbón provocan 709 muertes prematuras en España

Según el estudio «Un oscuro panorama» del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente el gasto sanitario derivado del impacto a la salud se eleva entre 800 y 1.667 millones de euros anuales

Las centrales de carbón provocan 709 muertes prematuras en España
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Según el estudio «Un oscuro panorama» del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente el gasto sanitario derivado del impacto a la salud se eleva entre 800 y 1.667 millones de euros anuales

El Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (Iidma) ha presentado recientemente el informe «Un oscuro panorama. Los efectos en la salud de las centrales térmicas de carbón en España durante 2014» en el que afirma que durante ese año, la contaminación de las 15 centrales térmicas de carbón españolas provocó 459 hospitalizaciones por enfermedades cardiovasculares y respiratorias, 709 muertes prematuras, más de 10.500 nuevos episodios de asma en niños y pérdidas económicas de entre 800 y casi 1.700 millones de euros anuales.

Los niños son, además, uno de los colectivos más vulnerables con 10.521 nuevos episodios de asma detectados en niños asmáticos y 1.233 casos de bronquitis según el estudio que ha tenido en cuenta los datos de emisiones de las centrales de carbón españolas durante ese año 2014.

Derecho al aire limpio

«Los graves impactos sobre la salud también generan elevadas pérdidas económicas valoradas entre 800 y casi 1.667 millones de euros anuales, derivadas del gasto sanitario y la reducción de productividad causada por el absentismo laboral: 163.326 días de trabajo perdido y 747.686 días de actividad restringida (cuando una persona no puede llevar a cabo su actividad habitual por mala salud)», matiza el informe de la entidad.

La zona noroeste de España, donde se encuentran la mayoría de las centrales térmicas de carbón, es, siempre según el informe, una de las más afectadas por la contaminación atmosférica. «Si tenemos en cuenta la contaminación provocada por las partículas en suspensión (PM2,5), las probabilidades de que fallezca un habitante de Asturias son 6,1 veces más altas que las de un habitante de la Comunidad de Madrid. Quienes viven en Castilla y León corren un riesgo tres veces más alto en comparación con la población de Extremadura» apunta Massimiliano Patierno, ingeniero ambiental del Iidma y uno de los autores de este informe. Y es que, según explica el técnico, en 2015 la demanda de carbón aumentó hasta un 20% más debido a «que el precio por derechos de emisión está muy bajo. Cuesta poco más de cinco euros emitir a la atmósfera un tonelada de CO2. También hay que tener en cuenta las ayudas que se le siguen dando al carbón, también en España».

«El aire limpio se ha convertido en un de los pilares de acceso a la salud, tan importante como antes lo fue el acceso el agua. Casi el 25% de la mortalidad urbana tiene que ver con el medio ambiente; eso significa que 6,6 millones de personas mueren debido a la contaminación. Por tanto, estamos ante uno de los problemas de salud pública más importantes actualmente.

Los tres factores de contaminación son las industrias, la quema de carbón, el transporte y, en algunos casos, la incineración. En países en vías de desarrollo todavía se usan cocinas que queman carbón o leña, pero en el primer mundo también se usa carbón.

Por eso hay que proponer alternativas a los combustibles fósiles. De hecho países como China están empezando a cerrar sus centrales», explicó durante el acto de presentación María Neira, directora del departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud.

Por encima del límite

Sobre la necesidad de trazar una hoja de ruta hacia la descarbonización del modelo productivo habló durante su intervención Ana Barreiro, directora del Iidma: «Con este informe ponemos de relieve no tanto los problemas medioambientales, sobre los que se ha incidido más en España, sino los de salud. La Directiva de Emisiones Industriales reconoce que la quema de combustibles fósiles genera un gran impacto sobre ella».

Por su parte, Carlota Ruiz-Bautista, también coautora del informe, recordó que «aunque es cierto que existen límites a la contaminación en la Directiva sobre Emisiones Industriales, la ley permite que se recojan excepciones, por lo que en España todas las centrales están incumpliendo dichos límites de emisión europeos». El instituto recomienda que ya que para 2019 hay que tener un Ley de Cambio Climático en España, se abandonen la política de excepciones a partir de 2020 y que para 2025 se cierren las centrales.