A la espera de un Plan Nacional de Medicina Especializada

La Medicina Personalizada de Precisión (MPP) está ya en el foco de las comunidades autónomas. En todas hay en marcha diferentes iniciativas. El problema, sin embargo, es que son «aproximaciones heterogéneas», lo que pone de relieve la necesidad de una estrategia nacional consensuada y un marco apropiado que coordine y cohesione todas las puestas en marcha a nivel autonómico. Ésta es la principal conclusión recogida en el documento «Medicina Personalizada de Precisión en España: Mapa de Comunidades», publicado por la Fundación Instituto Roche y que fue presentado en Madrid esta semana.

Con él «nos hemos propuesto conocer cómo se está trabajando en las diferentes autonomías para implantar la MPP en el entorno sanitario: con qué recursos cuentan, cómo los están utilizando y cómo maximizar su aprovechamiento. Creemos que aprender de estas iniciativas de valor puede ayudar al diseño de la futura Estrategia Estatal», destacó Federico Plaza, vicepresidente de la Fundación Instituto Roche.

Y es que la integración de los datos genómicos y de otras ciencias ómicas con el conjunto de datos clínicos del paciente y su entorno, permitirá intervenciones médicas preventivas, diagnósticas y terapéuticas más eficaces y seguras. Por eso, como señala Albert Barberà, director general de Investigación e Innovación en Salud de la Generalitat de Cataluña, «es importante que haya una estrategia nacional que cohesione y ayude a compartir buenas prácticas, en un momento en el que estamos yendo hacia un cambio de paradigma».

Según se recoge en el informe la presencia de las iniciativas en materia de MPP está bastante distribuida a nivel nacional, siendo Andalucía, Cataluña, Castilla y León, Galicia y País Vasco algunas de las comunidades con un mayor avance en la implantación.

El documento señala, además, que los investigadores y profesionales sanitarios son uno de los elementos de influencia en el desarrollo e implantación de la MPP en las políticas sanitarias y de I+D+i autonómicas, junto con el apoyo institucional constituyen los elementos más diferenciadores en las autonomías que avanzan con mayor rapidez en su implantación.

Añadir la integración de los datos del paciente a la coordinación a nivel institucional como requisito para que la MPP funcione en nuestro país, fue otro de los puntos señalados por Guillermo Antiñolo, director científico del Proyecto Genoma Médico y jefe de Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla. En este sentido, el especialista explicó que, en un futuro inmediato la salud va a estar determinada por conceptos como el big data o la minería de datos. «La clave de bóveda es la integración de la historia clínica digital, que debe ser dinámica y actualizable de forma permanente y va a ser fundamental para el machine learning; es decir, las aplicaciones de aprendizaje automatizado, utilizadas en la salud», aseveró.