Investigación científica

Los antibióticos del futuro serán más precisos para evitar resistencias

La resistencia a los antibióticos causa en España 3.000 muertes anuales
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Aguantar el tipo con las últimas incorporaciones al arsenal terapéutico hasta que las nuevas tecnologías estén disponibles. Ésa es la estrategia a seguir en la «guerra biológica» contra las resistencias a los antibióticos, según Rafael Cantón, jefe de Servicio de Microbiología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

«Tenemos nuevos antibióticos en el mercado que buscan mejoras en la acción de los previos o que inhiben los mecanismos que generan resistencia. Son mejoras importantes, pero insuficientes. Sin embargo, en un futuro no muy lejano esperamos disponer de nuevos fármacos, o nuevas formas o vías de administración de éstos que vayan específicamente a dianas concretas. «Será una medicina más personalizada, de precisión, directa a la bacteria multirresistente», vaticina el experto.

Y es que «el uso no racional de esta familia de medicamentos ha provocado que, por puro darwinismo, se hayan ido adaptando a los antibióticos», como apuntó Ignacio Biosca, consejero delegado de la compañía farmacéutica Reig Jofré, con motivo de la jornada «Pasado, Presente y Futuro de los Antibióticos». Una de las soluciones aportadas por los expertos para atajar esta problemática estaría en aumentar la financiación del Plan Nacional de Resistencias a los Antibióticos. «Tenemos un buen proyecto, pero muchas de sus líneas estratégicas deben estar dotadas económicamente para poder actuar sobre ellas», recalca José Miguel Cisneros, director de la Unidad de Gestión Clínica de Enfermedades Infecciosas, Microbiología y Medicina Preventiva del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. «Igual que el tema de la hepatitis C se ha resuelto muy bien en España gracias a la financiación, la resistencia bacteriana también podría mejorarse si se la dotase con una financiación necesaria, real y tangible», continúa el experto.

Otro punto para la esperanza en esta «guerra biológica» es que el impacto ecológico de los antibióticos es reversible. «Hemos visto que la resistencia al antibiótico más común en Atención Primaria se ha reducido. Es muy ilusionante ver que hay remedio», apunta Cisneros. Como prueba el Programa integral de prevención y control de las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria y uso apropiado de los antimicrobianos (Pirasoa) puesto en marcha en Andalucía en 2014 gracias al cual el consumo de antibióticos ha sufrido una notable descenso. La reducción del consumo veterinario, es otra de las estrategias: «Se he disminuido el uso de colistina y en unos años veremos la desescalada que esta medida tendrá en la resistencia a antibióticos», concluye Cantón.