Actualidad

Autonomías

Programas electorales (V)

Imagen de Dreamstime
Imagen de Dreamstimelarazon

La sostenibilidad es un elemento indispensable para garantizar el buen funcionamiento de nuestro sistema sanitario. Si queremos que el modelo asistencial siga ofreciendo una respuesta solvente a nuestras necesidades en salud, es esencial que el próximo gobierno de España, con independencia del color –o colores– que tenga, impulse un nuevo modelo de financiación de la Sanidad que, tanto si es finalista como si no, asegure la disponibilidad presupuestaria y la estabilidad más allá de los ciclos económicos y los procesos electorales.

Al margen de que se establezcan «suelos» de inversión –cuantías mínimas– y se desarrollen sistemas efectivos de compensación entre las comunidades autónomas –está probado que el Fondo de Cohesión no ha terminado de funcionar–, el nuevo modelo se antoja cardinal para hacer viable la incorporación de innovaciones terapéuticas a la cartera pública de prestaciones, la renovación periódica del equipamiento tecnológico, la digitalización del sistema, la reducción tan necesaria de las listas de espera, la coordinación sociosanitaria, el desarrollo de una Medicina preventiva, que sea al tiempo predictiva y también personalizada, humanizada...

Los progresos que requiere el sistema no serán posibles si la cantidad de recursos y el procedimiento para su asignación no se actualizan, se adaptan a la realidad presente (y futura) y el sistema no recibe la dotación de la flexibilidad necesaria para adecuarse a cada una de las necesidades venideras.

Por ello, junto con la aplicación de medidas que favorezcan la optimización de los recursos disponibles sobre los avances cosechados en las conferencias de presidentes autonómicos celebradas en los años 2005 y 2017, desde el consenso en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y el Consejo de Política Fiscal y Financiera, y teniendo,además, presentes variables poblacionales como el envejecimiento, la dispersión o la insularidad, el Ejecutivo resultante de este «28-A» debe ofrecer prioridad absoluta al nuevo modelo de financiación, pues solamente desde esta necesaria solvencia será factible consolidar y desarrollar el sistema sanitario que tanto valoramos los españoles.