Galicia

Lo mejor de Galicia se llama Gargalo

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Y ¿si Roberto Verino tuviera su vino? En Italia, los Bulgari tienen viñedos en La Toscana, que se “inmortalizan” en un vino de autor de Giovanni y Paolo Bulgari que en Madrid sólo puedes encontrarlo en tres lugares determinados (la famosa cadena de italianos: Forte, Fortissimo y Fortino, ubicados en Serrano, Aravaca y Goya). Espero pronto escribir de este fabuloso vino tinto, pero hoy hablemos de un albariño que seduce a cualquiera.

Recuerdo mi primer GARGALO, fue en 2012, me mandaron la botella a casa como muestra de gratitud por una entrevista que le realicé a Roberto en un programa de radio. Desde entonces es un vino que no falta en ninguna celebración relevante que hacemos en casa.

Y es ahora, según es la Cata Oficial de los Vinos de de Galicia en su vigésimo séptima edición de premios la que ha otorgado el título de “el mejor vino blanco de Galicia” a Treixadura&Albariño de Bodegas Gargalo.

De entre un total de 187 vinos de 120 bodegas diferentes en una cata a ciegas ha salido electo GARGALO. Y yo lo celebro. Bueno, lo celebré esta pasada Semana Santa aprovechando los días de sol y calor, en familia y en compañía de amigos como el pianista y compositor gaditano Manolo Carrasco o el guitarrista José Luis Encinas, junto a mis hermanas María y Elena y mi madre Victoria.

Un vino para unir, y nunca separar, diría yo si hablo de GARGALO en lenguaje de emociones. Algo que va muy en la línea, por cierto, de la filosofía del diseñador que, hace dos temporadas, al inspirarse en Carmen (el personaje de Bizet de la famosa ópera), me dijo que su objetivo era la unidad de España a través de la moda, y evitar los separatismos. Por eso emplea, cuando puede y su musa así se lo pide, “símbolos” que reflejan España en sus colecciones.

Una mezcla de elegancia y moda con un ambiente familiar y muy musical es la experiencia que ofrece este albariño. El vino, en nariz, deja aroma a melocotón y diferentes cítricos. Presenta un color amarillo con ligeros toques verdosos, y transparente. En boca, dicen los enólogos que es “goloso y untuoso”. Como lo golosidad y la untuosidad, en el vino, es todo un mundo que varía según cada persona, casi que os diré que para mí es un blanco “elegante, coqueto y musical”, que marida fenomenalmente bien con la comida japonesa, por ejemplo, ya que fue lo que escogimos. Pero no me cabe la menor duda de que con un buen marisco irá también muy bien.

Muy orgullosa y muy feliz de nuestros vinos. Me están entrando ganas de tomarme una copa de Gargalo. Y a volar.