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Arquitectura

Cuatro castillos históricos rodean esta fascinante ciudad canaria

Estas majestuosas construcciones, cargadas de historia, representan una opción inmejorable para quienes deseen adentrarse en el pasado del Archipiélago canario

Cuatro castillos históricos rodean esta fascinante ciudad canaria Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife

En el corazón de la ciudad canaria de Santa Cruz de Tenerife se alzan imponentes fortalezas que constituyen un valioso patrimonio cultural. Entre ellas, destacan cuatro castillos que se encuentran en pleno centro urbano, testigos mudos de la historia de la isla.

Estas majestuosas construcciones, cargadas de historia, representan una opción inmejorable para quienes deseen adentrarse en el pasado de la isla durante su estancia en Tenerife.

Si te encuentras buscando recomendaciones sobre qué explorar o qué actividades realizar, no dejes pasar la ocasión de conocer estas fortificaciones singulares que enriquecen el paisaje urbano de Santa Cruz de Tenerife.

Castillo de San Andrés

Erigida en 1706, esta torre circular formaba parte del sistema defensivo destinado a proteger la isla de Tenerife. A lo largo de su historia, tuvo un papel destacado, participando incluso en el fallido ataque del almirante inglés Horacio Nelson a Santa Cruz de Tenerife en 1797.

Ubicada en la desembocadura de los barrancos de Las Huertas y Los Cercados, la torre ha sufrido a lo largo de los siglos serios daños causados por crecidas, escorrentías y temporales que azotaron la zona, como ocurrió en 1740, 1769, 1826 y 1894. Estos desastres naturales han provocado su progresivo deterioro, lo que explica su estado ruinoso en la actualidad. Fue desartillada en 1878, dejando atrás un vestigio silencioso de la historia de la isla.

Castillo de Paso Alto

La fortaleza del Santo Cristo de Paso Alto tuvo su origen a finales del siglo XVI como una sencilla batería de cañones ubicada en un punto estratégico de la isla. Sin embargo, su estructura actual fue proyectada entre 1670 y 1672, según los planos del ingeniero militar Lope de Mendoza.

Este castillo no solo cumplía funciones defensivas, sino que también albergaba una capilla destinada al culto religioso. En su interior se veneraba un valioso cuadro del Cristo crucificado, al que los habitantes de Santa Cruz profesaban una profunda devoción.

En 1950, la fortaleza de Paso Alto fue cedida a la Junta de Obras del Puerto (hoy conocida como Autoridad Portuaria), lo que significó el fin de su uso militar.

Uno de los episodios más recordados de la fortaleza ocurrió en la madrugada del 25 de julio de 1797, cuando los cañones de Paso Alto fueron clave para hundir el cúter "Fox" en la bahía de Santa Cruz. Este hecho resultó determinante en la victoria de las tropas isleñas frente al intento de invasión del almirante Horacio Nelson.

Castillo de San Cristóbal

Construido entre 1573 y 1575 bajo la dirección del gobernador Juan Álvarez de Fonseca, este castillo se erigió como la fortaleza principal en el sistema defensivo de Santa Cruz, diseñado para proteger la ciudad de los frecuentes ataques piráticos.

Su construcción fue financiada por el Cabildo de la isla, que también se encargaba de su mantenimiento y de nombrar anualmente a los gobernadores responsables de su gestión.

El diseño de la fortaleza refleja los principios defensivos propios de finales del siglo XVI, destacando su planta cuadrada y los torreones en cada una de sus esquinas, de forma puntiaguda como una flecha. A medida que transcurrieron los años, se le añadieron terrazas para colocar cañones, siendo una de las más significativas la plataforma de Santo Domingo, que jugó un papel clave en la defensa de Santa Cruz durante el ataque del almirante Horacio Nelson.

El castillo fue demolido en 1929 para permitir el despeje de la entrada de la ciudad. Hoy en día, una parte de sus sillares puede ser contemplada a través de un acceso subterráneo en la Plaza de España, preservando así un vestigio de la historia de la ciudad.

Castillo de San Juan Bautista

El castillo de San Juan Bautista fue erigido entre 1641 y 1643 con el propósito de reforzar la defensa de la costa de Santa Cruz. A lo largo de los siglos, sufrió diversas remodelaciones, pero fue entre 1765 y 1767 cuando adquirió la apariencia que conocemos hoy en día.

Al igual que ocurrió con el castillo de San Cristóbal, su construcción fue financiada por el Cabildo de la isla, que también se encargaba de su mantenimiento y reparaciones, además de nombrar anualmente a los encargados de su custodia, conocidos como castellanos.

El nombre de Castillo Negro tiene su origen en el antiguo topónimo de la zona, conocida como la Caleta de los Negros, lo que refuerza la conexión histórica con el entorno y la tradición local.