La Diputación de Segovia tiende la mano a sus ciudadanos en la gestión del coronavirus

«Al final, lo que nos duele de todo esto son las personas y lo que nos va a quedar van a ser también las personas; sus historias, sus comportamientos y su capacidad para sacar adelante un escenario inimaginable hace tan siquiera un mes», asegura Miguel Ángel de Vicente, presidente de la Diputación de Segovia. Algunos días antes de que se decretase el Estado de Alarma, la institución que preside estableció una Comisión Permanente de Seguimiento del COVID-19, destinada, por encima de todo, a velar por la seguridad de las personas que forman parte de la Administración provincial segoviana. «Y entre esas personas figuran, no sólo los políticos y los trabajadores que constituyen la corporación», explica De Vicente, «sino también aquellas personas que residen en nuestros centros y aquellas a quienes prestamos servicio en nuestros municipios».

Ejemplo y referente en la gestión de los Asuntos Sociales en Castilla y León, la Diputación de Segovia lleva desde 2016 centrada en el despliegue del Compromiso 20.20, un documento que combina objetivos y principios centrados en la atención a las personas y que estos días, más que nunca, ha permitido extrapolar lo aprendido a un marco más amplio, de mayor urgencia y de extremada relevancia para el devenir de la provincia.

«Desde el principio de esta crisis hemos enfocado nuestras decisiones a cuidar de nuestra gente», apunta el presidente, quien ya a partir del 10 de marzo, junto a la Comisión, tomó la decisión de suspender servicios y actividades directamente vinculadas al contacto social como el Servicio de Bibliobuses, los programas comunitarios de los CEAAS, las rutas de senderismo programadas desde el Área de Promoción Provincial o la actividad del Teatro Juan Bravo. «Nos dolió poner fin a esas actividades, algunas de las cuales iban a tener lugar ese mismo fin de semana, pero ahora comprobamos lo acertado que fue suspender lo que dependía de nosotros y trasladar nuestras recomendaciones a los ayuntamientos», indica De Vicente. Después llegó la suspensión de la atención presencial en las dependencias provinciales o el cierre de los centros residenciales, entre otras medidas, que obligaron a reestructurar en tiempo récord la atención a los segovianos y, sobre todo, la atención a los residentes de La Alameda, La Fuencisla, el CAMP El Sotillo y Juan Pablo II, centros de los que es titular la institución, algo que hace a Miguel Ángel de Vicente sentirse «orgulloso de las personas que trabajan para la Diputación, porque desde el principio se han mostrado dispuestas a teletrabajar, a estar a disposición de la institución, a cambiar de destino o a realizar otros cometidos, como los que están haciendo los equipos que están desinfectando los entornos públicos de todos los municipios de la provincia, y por encima de todos, a esos profesionales de atención directa de nuestros CEAS y nuestras residencias».

Durante los últimos días, la Diputación de Segovia ha establecido protocolos de actuación urgente para las personas más necesitadas, ha reforzado con profesionales sanitarios y sociales sus centros y ha hecho un esfuerzo por conseguir material de protección para los trabajadores de estos mismos centros, así como para las auxiliares de la empresa concesionaria del servicio de ayuda a domicilio. Además, ha suspendido plazos y términos administrativos y mantiene activo el contacto y el apoyo a cada uno de los ayuntamientos de la provincia, gracias a la eficiencia de su Servicio de Asistencia a Municipios, que está contribuyendo a demostrar el nivel avanzado en el que se encuentra la implantación de la Administración Electrónica en Segovia. Por ello, el presidente de la Diputación, quien no ha dejado de acudir a su despacho en el Palacio Provincial, concluye que «la atención a los segovianos y la cercanía con ellos desde la distancia debe seguir siendo nuestra máxima en estos días en los que la inmensa mayoría de las familias lo están pasando mal; en ello hemos trabajado siempre y a ello vamos a continuar dedicando la fuerza que aún nos queda».