
Un gol a Putin
El pacto sobre minerales ofrece alivio y esperanza a Ucrania
El acuerdo certifica una mayor cooperación entre Ucrania y EE UU en el plano económico y militar pese a la imprevisibilidad de Trump
El acuerdo sobre minerales, firmado ayer entre Ucrania y Estados Unidos, reaviva la esperanza de que Kiev pueda mantener el respaldo de su antiguo aliado clave o al menos evitar su hostilidad, mientras Rusia no muestra señales de detener su ofensiva. «El acuerdo representa un hito crucial en la asociación estratégica entre Ucrania y Estados Unidos, destinada a fortalecer la economía y la seguridad de Ucrania», destacó ayer el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Andriy Sybiga.
El pacto establece los parámetros políticos de un esfuerzo conjunto para desarrollar 57 tipos de metales raros, como litio y cobalto, y otros recursos, como uranio, petróleo y gas natural, presentes en suelo ucraniano. Aún deben definirse los detalles técnicos sobre la gestión del fondo que se creará para manejar las inversiones, lo que podría generar desacuerdos en el futuro. Sin embargo, Ucrania ha evadido las condiciones «depredadoras» que Washington intentó imponer inicialmente. Al mismo tiempo, ofrece al presidente Donald Trump un instrumento para justificar un posible apoyo militar a Ucrania en el futuro.
«En teoría, nos reportará mucho más de 350.000 millones de dólares», afirmó Trump, aludiendo a la cantidad que, según él, EE UU ha proporcionado a Ucrania desde el inicio de la invasión rusa.
Trump recordó sentirse «ofendido» por el apoyo proporcionado por su predecesor Joe Biden a Ucrania sin «obtener nada a cambio». Según analistas independientes, Estados Unidos ha proporcionado hasta ahora unos 119.000 millones de dólares a Ucrania. Gran parte de esta ayuda se ha materializado en equipos militares obsoletos o en pedidos destinados a la industria de defensa estadounidense.El acuerdo podría ayudar a Trump a justificar ante sus votantes un mayor respaldo a Ucrania, aunque tres cuartas partes de ellos aún lo consideran contrario a los intereses de su país.Aunque el acuerdo no incluye garantías explícitas de seguridad para Ucrania, como Kiev esperaba, refleja el compromiso de Washington con la prosperidad del país invadido, según fuentes estadounidenses. «Estados Unidos garantizará un futuro libre, pacífico y soberano para Ucrania», declaró una portavoz de Trump.
En Ucrania, muchos consideran que el acuerdo es el mejor resultado posible tras sufrir la intensa presión diplomática de EE UU. Crucialmente, Kiev evitó que el apoyo previo de Washington se reconociera como una deuda a saldar mediante la extracción de recursos del país invadido.
Además, el acuerdo solo abarca nuevos yacimientos de recursos naturales, cuyo desarrollo podría tomar años, mientras que los ingresos de los ya explotados seguirán siendo de Ucrania. El texto también especifica que deberá modificarse si entra en conflicto con la integración de Ucrania en la Unión Europea. Además, cualquier apoyo militar futuro de EE UU se contabilizará como contribución a un fondo para gestionar las inversiones en los recursos ucranianos. El acuerdo aún debe ser ratificado por el Parlamento ucraniano, aunque no se esperan grandes obstáculos.
El acuerdo también podría reforzar la posición de Ucrania en la pugna por la atención de Trump, según Valeriy Pekar, vicepresidente de la Asociación de Empresarios de Ucrania. «Trump necesita victorias desesperadamente», señaló, destacando que fue Kiev, y no Moscú, quien le ha dado algo tangible para mostrar a sus votantes tras sus promesas de resolver el conflicto pronto.
Aun así, en Ucrania persiste la preocupación de que el país pueda volver a sentirse bajo presión debido a la imprevisibilidad de Trump y su prioridad por lograr la paz, incluso a costa de los intereses fundamentales de Ucrania. Las visiones de un posible acuerdo de paz propuestas por Ucrania y Rusia están muy alejadas, y Estados Unidos se centrará en los próximos 100 días en intentar acercarlas, según afirmó el vicepresidente de Trump, JD Vance.
Rusia ha mantenido en esencia todas sus demandas clave, exigiendo que Ucrania ceda las cinco regiones que solo controla parcialmente, abandone sus planes de unirse a la OTAN y mantenga un ejército reducido. Ucrania está dispuesta a aceptar de facto el control ruso sobre los territorios ya ocupados. Sin embargo, descarta reconocer la legitimidad de dicho control y desea preservar su independencia geopolítica, manteniendo un ejército fuerte para protegerse.
Además, el enfoque empresarial de Trump podría llevar a EE UU a cooperar incluso con Rusia si esta ofrece mejores condiciones. Por otro lado, Trump podría estar genuinamente interesado en los recursos de Ucrania, ya que la mayoría de metales raros se concentran en países como China, Suráfrica o Brasil, en un contexto geopolítico cada vez más tenso.
En Ucrania también existe cierta preocupación por el impacto que la extracción de recursos podría tener en el medioambiente del país. Sin embargo, el país necesita ahora el apoyo de Estados Unidos, y aún habrá tiempo para garantizar que las inversiones cumplan con las normas ecológicas y de otro tipo, según expertos.
Dos noticias posteriores a la firma del acuerdo alimentan el optimismo. En primer lugar, la administración de Trump autorizó la primera venta de armas a Ucrania por valor de 50 millones de dólares, semanas después de negarse a ello. En segundo lugar, el senador republicano Lindsey Graham afirmó que más de 70 de sus colegas están dispuestos a votar a favor de nuevas sanciones «devastadoras» contra Rusia y aranceles elevados a los países que compran su petróleo y gas o apoyan a Moscú.
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