Naturaleza

Castilla y León, Asturias, Cantabria y Galicia abordan el primer censo genético nacional de oso pardo

El objetivo es obtener datos rigurosos sobre la especie y se podrá continuar su gestión mediante criterios científicos modernos

Un ejemplar de oso pardo
Un ejemplar de oso pardolarazon

Las comunidades de Castilla y León, Asturias, Cantabria y Galicia, en coordinación con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), desarrollarán a partir del próximo 1 de septiembre el primer censo genético nacional de la población cantábrica de oso pardo de forma coordinada y simultánea en toda su área de distribución, con el que se obtendrán datos rigurosos sobre la especie y se podrá continuar su gestión mediante criterios científicos modernos, tal como se está haciendo con esta y otras especies en peligro de extinción y en situación crítica.

De forma complementaria, y gracias a la información obtenida para la individualización genética mediante una técnica de PCR de marcadores múltiples que permite analizar hasta 128 posiciones variables (SNPs) en muestras de pelo y heces, se avanzará en un estudio de conectividad y parentesco de la población cantábrica de osos pardos.

En total, la superficie objeto de muestreo a nivel de la Cordillera Cantábrica estará alrededor de 1,5 millones de hectáreas, repartidas en un máximo de 314 cuadrículas de cinco por cinco kilómetros en Castilla y León, 202 en Asturias, 69 en Cantabria y 43 en Galicia.

El método principal de muestreo consistirá en recorridos para localizar excrementos. Adicionalmente, y en función de las disponibilidades de cada comunidad, se emplearán trampas de pelo y cámaras trampa. El uso de más de un método va a permitir combinar los datos y la estima poblacional podrá ser más precisa, singularmente en la localización espacial de los centros de actividad.

Trabajos en Castilla y León

En Castilla y León, las cuadrículas de censo se reparten principalmente en las provincias de León y Palencia, pero se incluyen igualmente las de Burgos y Zamora, con presencia reciente de ejemplares en dispersión, principalmente subadultos y machos adultos solitarios. En total, las cuadrículas de censo en Castilla y León alcanzarán un máximo de 314: 241 en León, 65 en Palencia, cinco en Zamora y tres en Burgos.

El trabajo de campo, coordinado por personal técnico de las cuatro provincias afectadas y de la Dirección General del Patrimonio Natural y Política Foresta de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, será ejecutado por los agentes medioambientales y celadores de medio ambiente de la Junta, así como por los miembros de las patrullas oso de la Fundación del Patrimonio Natural de Castilla y León. Igualmente, se contará con la colaboración para los trabajos de campo del personal de la Fundación Oso Pardo.