Sanidad
Los farmacéuticos de Castilla y León refuerzan su formación en asma para mejorar el pronóstico de los pacientes
Durante este martes Día Mundial de esta enfermedad participarán en una jornada científica virtual
Los farmacéuticos de Castilla y León reforzarán este martes, Día Munidal de esta enfermedad, su formación en asma con la vista puesta en mejorar el pronóstico de los pacientes desde las oficinas de farmacia.
Lo harán a través de una jornada científica virtual que impulsará el Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos de Castilla y León (CONCYL) en colaboración con el laboratorio AstraZeneca.
Los profesionales actualizarán sus conocimientos sobre esta enfermedad desde el punto de vista epidemiológico y también se ahondará en el papel del farmacéutico en el manejo del paciente asmático.
El acto estará presidido por Javier Herradón, presidente del CONCYL, y en la cita participarán Juan del Río Hortega, médico de Familia y profesor de la Facultad de Medicina de Valladolid, y Asunción Balado Insunza, profesional farmacéutica en Castilla y León.
Una patología crónica, costosa y con mal controlada
A pesar de su elevada prevalencia, el asma es una patología poco conocida para la población en general; infradiagnosticada y mal controlada. El 63 por ciento de pacientes asmáticos no está bien controlado, lo que genera una mayor morbimortalidad. Asimismo, existe una alta variabilidad clínica en el manejo del asma.
El asma presenta además un coste considerable para el sistema sanitario que aumenta exponencialmente según se agudiza la enfermedad. Todo ello derivado del consumo de medicamentos antiasmáticos, consultas médicas tanto en Atención Primaria como Hospitalaria, visitas a Urgencias, ingresos hospitalarios y pruebas diagnósticas.
El asma es una de las enfermedades respiratorias de mayor prevalencia. Es una patología crónica que puede afectar a niños y a adultos e influye de distintos modos en la vida de las personas que la padecen, según la gravedad, el seguimiento del tratamiento farmacológico indicado y las medidas que se adopten para evitar los posibles desencadenantes.
El asma afecta a los bronquios. Se caracteriza por la inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias y la disminución del flujo de aire en los pulmones. Las causas y desencadenantes del asma son muy variadas. Aprender a identificarlas es importante para mantenerla bajo control.
Dependiendo de la gravedad, el asma puede disminuir la calidad de vida de las personas afectadas, influir en sus actividades diarias, relaciones sociales o en el ámbito laboral, lo que muchas veces deriva en consecuencias psicológicas.
Aunque no tiene cura, en la mayoría de los casos el asma puede tratarse y mantenerse controlada. Para ello es imprescindible un buen conocimiento de la enfermedad y de su tratamiento, y también mantener un estilo de vida saludable que incluya el ejercicio físico regular.
Los síntomas de la enfermedad
Los síntomas del asma pueden ser diferentes en cada persona. No todas las personas con asma experimentan todos ellos, ni con la misma frecuencia o intensidad.
Algunos pueden aparecer durante la noche, con el ejercicio físico, la exposición al frío, emociones fuertes (ansiedad, estrés) o contacto con alérgenos (sustancias que provocan reacciones alérgicas).
· Sensación de falta de aire o dificultad para respirar, que empeora, por ejemplo, con el ejercicio físico.
· Jadeos
· Tos seca o con moco, a menudo durante la noche
· Sibilancias o pitidos al respirar
· Sensación de opresión o tirantez en el pecho
El tratamiento del asma incluirá la acción sobre las causas que la desencadenan, además de fármacos broncodilatadores y antiinflamatorios que ayudarán a mantenerla bajo control. Los tratamientos farmacológicos para el asma pueden ser de mantenimiento o de fondo, y de alivio o rescate. Es muy importante asegurarse, con la ayuda de los profesionales sanitarios, de estar utilizando correctamente los inhaladores.
El farmacéutico comunitario, en colaboración con los especialistas del ámbito hospitalario y desde la amplia red de farmacias, además de la dispensación de los medicamentos para los pacientes, puede promover a través de los servicios profesionales asistenciales medidas de educación sanitaria, de uso correcto de los fármacos antiasmáticos (por ejemplo, respecto a la técnica de uso de inhaladores) o de prevención de problemas relacionados con los mismos, así como de seguimiento de efectos clínicos y adversos, aportando soluciones personalizadas para cada paciente.
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