Sociedad
La primera cirugía de oído con éxito se realizó a una mujer burgalesa hace 3.000 años
Así lo indica una investigación de un grupo de la Universidad de Valladolid dirigido por el catedrático Manuel Rojo
Una mujer mayor residente en Burgos hace 3.000 años habría sido la primera en ser operada del oído con éxito. Un descubrimiento que ha realizado el equipo de arqueólogos e investigadores que trabajan en el dolmen de El Pendón, Reinoso (Burgos), dirigidos por Manuel Rojo Guerra, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Valladolid (UVa), y las investigadoras Cristina Tejedor Rodríguez y Sonia Díaz Navarro.
La revista “Scientific Reportes” ha publicado el estudio que indica que el cráneo descubierto en el año 2018 presenta dos perforaciones bilaterales compatibles con sendas mastoidectomías -cirugía para extirpar las celdillas en los espacios huecos y llenos de aire que se encuentran en el cráneo por detrás del oído, dentro del hueso mastoideo, destinada a eliminar infecciones del oído medio-.
Este tipo de intervenciones, pese a su antigüedad (5.300 años), debieron haber “sido realizadas por auténticos especialistas o personas con ciertos conocimientos anatómicos y/o experiencias terapéuticas acumuladas”, según exponen los investigaciones.
En este sentido, reiteran que el hallazgo en la propia tumba de una lámina de sílex con huellas de haber cortado hueso y haber sido recalentada varias veces a entre 300 y 350 grados “nos autoriza a proponer su uso como un auténtico cauterio o instrumento quirúrgico para la realización de la operación”.
La investigación también señala que la clave de que se haya podido certificar la supervivencia de la mujer, de unos 35 años, una edad muy avanza para la época, después de la intervención radica en el análisis histológico de superficie llevado a cabo mediante un microscopio electrónico de barrido que ha podido identificar tanto los efectos de los osteoclastos (células óseas que se encargan de la reabsorción del hueso dañado) como de los osteoblastos, células que se encargan de la regeneración del hueso.
Este efecto de reabsorción y regeneración es simultáneo y se detecta por la presencia de pequeñas depresiones (lagunas de Howship) formadas por los osteoclastos en el proceso de “limpieza de las superficies óseas dañadas” y por pequeños montículos de creación de hueso producidos por los osteoblastos”. La presencia de estos dos tipos de estructuras en la preparación microscópica permite asegurar que, al menos durante un mes, la mujer sobrevivió a la intervención quirúrgica”, afirma Rebeca García cofirmante del artículo.
La publicación también indica que “es la primera vez que se utiliza con éxito esta metodología en poblaciones de esta cronología de finales del Neolítico. Hasta ahora sólo se había empleado para detectar regeneraciones óseas en especies fósiles, especialmente en Neandertales”, añade.
Por tanto, el trabajo realizado por el grupo de la UVa debe servir, a partir de ahora también, como referencia metodológica en futuros estudios similares.
Un referente de hallazgos
El dolmen burgalés de El Pendón, donde trabajan los investigadores de la universidad vallisoletana, ha deparado una ingente cantidad de restos óseos pertenecientes a un centenar de individuos, a falta de documentar un último nivel de enterramientos que aún se hallan sin exhumar.
Según las dataciones de Carbono 14, la tumba se utilizó a lo largo de unos 800 años entre el 3.800 y el 3.000 antes de Cristo. El monumento sufrió una serie de reutilizaciones, reagrupamientos y reducciones de cadáveres a lo largo de su vida como tumba que da cuenta del complejo mundo simbólico y ritual que albergan estas monumentales construcciones funerarias.
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