Cultura
Juan Suárez Proaño: ‘Salamanca ha sido para mí la materialidad de la poesía’
Ganador del Premio Paralelo Cero de Poesía en su Ecuador natal, Suárez Proaño presenta mañana su libro ‘Las cosas negadas’, con el apoyo de la Fundación Salamanca y del poeta Alfredo Pérez Alencart, colaborador de La Razón. El acto será en la Sala de la Palabra del Teatro Liceo, a las 20: 00 h.
¿Cómo lo trata Salamanca, adonde ha venido desde Ecuador para realizar estudios de maestría en literatura en la ocho veces centenaria Universidad?
Salamanca me ha enseñado dos cosas. La primera: la belleza y la dureza del frío. Nunca antes había experimentado un frío tan sobrecogedor, un frío que parece conectarse con la naturaleza misma de la ciudad, sus piedras luminosas, su cielo. Menciono el frío porque es algo que he perseguido por mucho tiempo en mi poesía: el frío de la intemperie, el frío en el cual es necesario ser más cálidos y ser más comunitarios. Y la segunda cosa tiene que ver con esta idea: Salamanca me enseñó —o mejor debería decir me confirmó— que la poesía hace familias. Nunca me sentí propiamente extranjero en Salamanca, tuve la suerte de ser recibido por amigos y amigas poetas que me han abierto su casa, sus palabras, su abrazo generoso. La poesía —y especialmente el Festival Internacional de poetas en Ecuador “Poesía en Paralelo Cero”— me permitió conocer a la poeta María Ángeles Pérez López y al poeta Alfredo Pérez Alencart, que han sido —y esto lo puedo decir con mi mano colocada sobre el corazón de la honestidad— una verdadera familia en esta ciudad que ahora amo como si hubiera nacido en ella. Es decir, Salamanca ha sido para mí la materialidad de la poesía: espacio de aprender y espacio de familiaridad. Además, está el Máster en la USAL, que para mí ha significado una gran oportunidad de encontrarme nuevamente con la alegría de estudiar e investigar la literatura, y que además me ha permitido hablar de los poetas ecuatorianos que amo y que admiro; es decir, también me ha permitido hablar —y ojalá enseñar— un poco de lo que conozco.
Este martes se presenta su nuevo libro, ‘Las cosas negadas’. ¿Puede decirnos qué sensaciones tiene ante este acto de la Fundación Salamanca dentro de su programación oficial?
Me emociona muchísimo. Estoy nervioso a la vez que feliz. Será mi primera presentación internacional, y además, en esta ciudad y todo lo que ella implica. Es parte de un sueño cumplido; muchos poetas han pasado por Salamanca, y mucha de la historia de la literatura se ha formado en esta ciudad. Así que me siento feliz y también abrumado. Pero también me siento conmovido porque este libro aún no ha sido presentado en Ecuador, y es algo que, por su puesto, quiero hacer.
Y sobre el libro, ¿qué podremos encontrar en los 18 poemas que se incluyen en él? ¿Cuáles son los ejes principales de estos versos que obtuvieron el Premio Paralelo Cero, de su país natal?
Es una pregunta difícil. “Las cosas negadas” se formó de encontrarme con la realidad de que, tarde o temprano, nos enfrentamos a las cosas que hemos perdido o las cosas que jamás nos fueron entregadas. Desde pequeñas cotidianidades hasta cosas como lo que llamamos “destino” o “esperanza”. Yo viví ese enfrentamiento al escuchar y aprender la historia de vida de mi abuelo. Él tuvo que vivir una vida despojada de muchos de los privilegios que yo sí pude tener y que me han abierto camino hasta llegar a donde me encuentro ahora. Mi abuelo, por ejemplo, tuvo su primer par de zapatos a los 13 años (eso lo digo en la dedicatoria del libro), y enfrentarme a esa realidad, su realidad individual, me hizo enfrentarme, dolorosamente, a una realidad colectiva. Y a cosas que yo mismo nunca tuve o perdí. En las cosas negadas se funde la identidad de mi abuelo con una identidad comunitaria. Este libro es una búsqueda de hacer tribus, de buscar aquello que nos conecta, de buscar los “sentimientos comunes”; y sobre todo, de buscar una posible dignidad a la derrota.
En la presentación estará acompañado por dos profesores de la Universidad de Salamanca. Y destaca la presencia de Alfredo Pérez Alencart, referente de la poesía iberoamericana en España ¿Cómo o de qué calado espera que sean?
Una de las suertes que tengo es que me acompañarán Alfredo Pérez Alencart y María Ángeles Pérez López. Ambos poetas son referentes de la poesía en español, de eso no cabe duda. Su obra es necesaria para entender la lírica de nuestro tiempo. Pero, además, ambos son seres humanos extremadamente generosos. Admiro el trabajo que hace María Ángeles en la academia y en la investigación, sobre todo por la poesía escrita por mujeres. Y admiro el trabajo de gestión cultural e impulso de la poesía que hace Alfredo. Así que siento que el libro ha tenido una enorme suerte.
Háblenos de sus dos primeros libros, ‘Nos ha crecido hierba’ y ‘Hacen falta pájaros’.
Tengo especial cariño a “Hacen falta pájaros”, es el primer libro que publiqué con la editorial ecuatoriana El Ángel Editor, que ahora considero y consideraré mi hogar (también “Las cosas negadas fue publicado” bajo este sello). Con ese libro conocí a Xavier Oquendo, editor allí. Él es ahora, para mí, no solo uno de los mejores amigos que me dio la literatura, sino también un maestro en la poesía. “Hacen falta pájaros” no es un libro de mucha madurez, pero le debo eso: el que fue un escalón importante y que me permitió encontrar un lugar. “Nos ha crecido hierba” es un libro que ya tiene los temas que me interesan y que se consolidan mejor en “Las cosa negadas”. En ese libro empecé ya a pensar en la poesía como una herramienta para convertirnos en comunidad y para preguntarnos por nosotros mismos.
Finalmente, su llegada a Salamanca coincidió con su participación en el XXIV Encuentro de Poetas Iberoamericanos, el pasado mes de octubre. Ahora, casi finalizando sus estudios, también tendrá una buena despedida, si así podemos entender este acto oficial en la reconocida Sala de la Palabra del Teatro Liceo salmantino. Coméntenos sus impresiones.
El encuentro fue una experiencia maravillosa. Una de las cosas que mas disfruto del oficio de la poesía son los encuentros; y es algo que no hacen los narradores, al menos no al nivel que hacen los poetas. En el encuentro conocí a poetas nuevos para mí, lo cual siempre es enriquecedor. Haber tenido esa oportunidad pocos días después de llegar a Salamanca fue maravilloso. Además, allí pude conocer el Teatro Liceo, que me fascinó. Y ahora, con la presentación, creo que la experiencia poética en Salamanca está completa. Estoy muy agradecido.
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