Medio rural
Compromiso frente a la desertización bancaria en los pueblos de Valladolid
Declaración institucional en la Diputación apoyada por todos los grupos en la que se pide a Gobierno y Junta que busquen soluciones a este proceso de cierre de oficinas en el medio rural
Los pueblos, y especialmente los de menor tamaño, se están quedando sin oficinas bancarias. Y sus habitantes, cada vez más mayores, tienen que desplazarse en muchos casos bastantes kilómetros, para poder simplemente gestionar la cuenta de la que es titular y, si no, depender de otra persona para que le pueda sacar dinero del que tirar durante el mes para gastos habituales.
Los bancos llevan años en un proceso de reestructuración que está provocando el cierre de miles de sucursales y muchas de ellas afectan al medio rural, lo que que está dejando a los pueblos con cada vez menos servicios básicos. Desde instituciones como las Diputaciones Provinciales están intentando en la medida de sus posibilidades llevar este servicio bancario de alguna manera, ya sea aprovechando los bibliobuses como en Salamanca, o con cajeros móviles como en Valladolid.
Precisamente la Diputación de Valladolid que preside Conrado Íscar ha aprobado de forma unánime por todo los grupos una declaración institucional en la que muestran su compromiso con los vecinos del medio rural vallisoletano afectados por el cierre de oficinas y se comprometen a seguir trabajando en colaboración con estos municipios damnificados para continuar implantando medidas que traten de mitigar los problemas que origina la ausencia de este servicio básico, así como la reducción de horarios de atención al cliente, con una clara perdida de la calidad de la atención a los ciudadanos.
Además, en la declaración, la Diputación reclama al Gobierno de España y a la Junta de Castilla y Leónque busquen soluciones y colaboren para dar respuesta a este grave” problema de cierre de oficinas bancarias que sigue creciendo como ha ocurrido esta semana en la localidad vallisoletana de Olmedo donde ha echado la verja para siempre una sucursal de Unicaja.
“Este proceso de cierre de oficinas no solo no ha finalizado, sino que continua, siendo cada vez más los municipios de la provincia que se ven privados de una sucursal bancaria”, se apunta en la declaración institucional, en la que se hace hincapié en los casos de Becilla de Valderaduey, Fuensaldaña, Montemayor de Pililla, Mucientes, Santovenia de Pisuerga, La Seca, Traspinedo y Villanueva de Duero, además de la Parrilla, Sardón de Duero y Santibáñez de Valcorba.
La corporación provincial entiende que las oficinas bancarias prestan un servicio presencial “básico e imprescindible” en el territorio rural, donde abunda la población de avanzada edad sin las competencias digitales necesarias para operar desde los portales de banca electrónica.
“Las oficinas bancarias son en muchas ocasiones, el único recurso con el que cuentan estos grupos de población para gestionar las cuentas de las que son titulares”, advierte el texto.
“Y lo que es mas grave, ha supuesto que muchos de nuestros pueblos se hayan visto privados de oficinas bancarias, teniendo que desplazarse sus vecinos hasta otros municipios para realizar cualquier tipo de gestión con su entidad financiera”, finaliza.
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