Religión

Ricardo Blázquez se despide con dolor por la falta de relevo vocacional religioso

El cardenal deja la Diócesis de Valladolid tras 34 años de ministerio episcopal y arropado por cientos de vecinos en una eucaristía en la Catedral

Eucaristía de despedida de Ricardo Blázquez de la Archidiócesis de Valladolid
Eucaristía de despedida de Ricardo Blázquez de la Archidiócesis de Valladolidmir_icalAgencia ICAL

El cardenal Ricardo Blázquez ha despedido este sábado en Valladolid 34 años de ministerio episcopal con una homilía en la que ha expresado su pesar por la situación, “al borde de agotamiento”, de las órdenes religiosas, contemplativas y apostólicas, debido a la falta de relevo vocacional.

Se trata de comunidades que fueron numerosas durante muchos años y en la actualidad se encuentran “al borde del agotamiento” debido, entre otras razones, a los “condicionamientos del cambio de época que nos afectan vivamente”, ha analizado durante su última prédica como arzobispo de Valladolid antes de pasar a la clase de emérito.

“Si las vocaciones conocieron hace unos decenios una abundancia extraordinaria, actualmente la penuria también lo es”, ha insistido en su análisis antes de aclarar que la causa “no es cuestión de relajación, sino sobre todo de las condiciones de la sociedad, de la fe cristiana y de la Iglesia en nuestras latitudes”.

Eucaristía de despedida de Ricardo Blázquez de la Archidiócesis de Valladolid
Eucaristía de despedida de Ricardo Blázquez de la Archidiócesis de Valladolidmir_icalAgencia ICAL

Cientos de personas han abarrotado la catedral de Valladolid para acompañar a Blázquez, quien a sus 80 años de edad no sólo se despide como arzobispo de Valladolid después de doce años (2010-2022), sino también una labor episcopal que inició como obispo auxiliar en Santiago (1988-1992) y continuó, ya como titular, en Palencia (1992-1995) y Bilbao (1995-2010).

De todo y todos se ha acordado durante una breve y emotiva homilía que ha concebido como un catálogo de agradecimientos y deudas, e hilvanado desde su biografía religiosa que inició con su ordenación sacerdotal en Ávila, en 1967, su provincia natal, donde estudió en los seminarios de Arenas de San Pedro y de la capital, y adonde regresará para afrontar una nueva etapa “hasta que Dios quiera”.

Se ha reconocido deudor de “tantas personas”, se marcha con un sentimiento de gratitud, confiesa que ha vivido y considera que ha cumplido “ciertamente con muchas limitaciones” pero con la intención de “cercanía, dedicación y laboriosidad”, y ha advertido de que la condición de emérito “no significa pasar las horas y días de brazos cruzados”.

A vuela pluma ha recordado su paso por la Conferencia Episcopal, que presidió durante dos etapas (2008-2011 y 2014-2020), así como su cercanía y estrecha colaboración con los papas Benedicto XVI y Francisco, quienes le encomendaron delicadas misiones durante la presencia del cardenal en algunas de las congregaciones vaticanas de las que formó parte.

De su etapa en Bilbao, donde en julio de 1997 ofició el funeral de Miguel Ángel Blanco, concejal del PP en Ermua (Vizcaya) asesinado por la banda terrorista ETA después de dos días de secuestro y tortura, ha recordado que “con la colaboración de muchas personas generosas” pudo desarrollar “con serenidad” su labor pastoral “en medio de las pruebas iniciales” y “compartiendo los sufrimientos del Evangelio”.

Eucaristía
Eucaristía mir_icalAgencia ICAL

“Comienzo una nueva etapa en mi vida. Miro hacia adelante sabiendo que es la última y se prolongará lo que Dios”, ha resumido Blázquez a propósito de una despedida que en su trayectoria asume como “una especie de alto en el camino” que continuará en Ávila hasta que, como él mismo ha anunciado hace varias meses, retorne a la catedral de Valladolid para que sus restos sean inhumados.

Numerosos obispos han acompañado a Blázquez en su despedida, entre ellos el de León, Luis Ángel de las Heras; el emérito de Burgos, Fidel Herráez; el electo de Valladolid, Luis Argüello; y el de Rotdon, Aurelio García. Han asistido a la misa, entre otros representantes institucionales, el consejero de la Presidencia de la Junta de Castilla y León, Jesús Julio Carnero, y el alcalde de Valladolid, Óscar Puente.