Seminci
“Un día muere la abuela y esa receta de gambas a la gabardina que fascinaba a todos se va con ella, porque nadie se preocupó por preservarla”.
Esta pérdida fútil es el leitmotiv de ‘Carraco’, un documental dirigido Carlos Cazurro que pone el foco en las tradiciones populares condenadas al olvido. Un falso documental que parte de una premisa inventada y que “sorprende y atrapa” al espectador es el cebo que Cazurro lanza para provocar una catarsis que desemboca en la necesidad de llamar a casa para preguntar por esa receta que nos transporta a la infancia o por aquella fiesta que se hacía en el pueblo por San Martín, explica el director del documental en declaraciones recogidas por Efe.
Proyectada este sábado en la primera jornada de la 67 edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), ‘Carraco’ en una llamada de auxilio de la memoria que habita en los cada vez más vacíos y solitarios pueblos de la España rural, de ahí que su director reconozca cierto fin etnográfico en su obra.
Los Montes Torozos, paisaje vallisoletano tan presente en el ‘Hereje’ de Miguel Delibes, son en esta ocasión el frasco que retiene la esencia de unas tradiciones centenarias que ahora perviven en el recuerdo de nuestros mayores y eso “es una auténtica pena, pero se perderá para siempre”, lamenta Cazurro.
Como un “mero espectador”, este cineasta y fotógrafo se vale de una “mentira muy bien documentada”, que vale la pena descubrir por uno mismo, para alertar de este drama social que supone la “desconexión con nuestro pasado”.
Tradiciones que ahora se intentan recuperar, como la de la “matanza del cerdo”, en la que hace años se reunía una familia entera en torno al sacrificio y donde el hijo que estudiaba en la capital se arremangaba la camisa para que la sangre no coagulara y ahora, aquello, no es más que un “recuerdo”, porque la esencia se ha sustituido por “festejos que se asemejan más a un parque temático que a la práctica original”.
No obstante, Cazurro tiene claro que las tradiciones “tienen que evolucionar con la sociedad” o, de lo contrario, también están condenadas a su erradicación, para lo que se vale del ejemplo del Toro de la Vega, en la localidad vallisoletana de Tordesillas.
Producida junto a Manuel Sevillano, con la música de Iván Carlón, Cazurro subraya el carácter “independentísimo” de esta cinta, que, como lamenta, no ha contado con el apoyo de ninguna institución ni administración, a pesar de poner el foco en uno de los problemas más acuciantes del mundo rural, como es la pérdida de población y de su modo de vida.
”La falta de interés hace que creamos que todo es eterno, pero esos guardianes del conocimiento que son nuestros mayores un día no estarán y lo lamentaremos”, apostilla Cazurro.
Así, ‘Carraco’ es una fábula rural que reivindica las pequeñas historias y memorias que, en verdad, son universales y que, muy lejos de tratar temas locales y triviales, hablan de problemas globales. Una obra, en definitiva, en el que nada de lo que se habla es cierto, pero absolutamente todo lo que se cuenta es verdad