Sociedad

Arte milenario al aire libre

El Museo del Bonsái de Villagonzalo Pedernales cuenta con mas 70 bonsáis de una treintena de especies diferentes y se propone dar una “visión más digital” con QR que enlacen a fichas técnicas de cada árbol

Museo del Bonsai en Burgos
Museo del Bonsai en BurgosRicardo Ordóñez/Ical

El arte en miniatura encontró su hueco en Villagonzalo Pedernales (Burgos) hace 15 años de la mano del Museo del Bonsái. Se trata del primer museo permanente de Castilla y León dedicado a estos pequeños árboles, que abrió sus puertas en 2008, y desde entonces atrae cada año a decenas de personas, deseosas de apreciar en primera persona este arte milenario que proviene de China y que cada vez tiene más adeptos en todo el mundo.

Este Museo, ubicado al aire libre y en pleno corazón de Villagonzalo, es uno de sus grandes reclamos turísticos y uno de los mayores orgullos de su ayuntamiento. Así lo acredita su alcaldesa, Purificación Ortega, que se muestra encantada de contar con este museo, e incluso se ha animado a hacerse con algún ejemplar de bonsái. La idea de poner en marcha el Museo surgió del en su momento alcalde del municipio, tras una exposición que realizó la Asociación Cultural Bonsái Burgos (ACBB) en la zona.

“La Asociación estuvo unos días aquí con unos árboles y se generó una sensación de querer más”, afirma la presidenta de ACBB, Yolanda Alonso. Fue entonces cuando el Ayuntamiento decidió ceder unos terrenos con el fin de organizar en el pueblo una exposición permanente.

Museo del Bonsai de Villagonzalo Pedernales
Museo del Bonsai de Villagonzalo PedernalesRicardo Ordóñez/Ical

El Museo se sitúa en un espacio de unos 400 metros cuadrados, dotados de diferentes espacios que permiten cuidar adecuadamente de todos y cada uno de los ejemplares de bonsái. Según explican desde la asociación, esta es una “exposición viva”, dado que no siempre están expuestos los mismos ejemplares. Actualmente, la muestra se compone de más de 70 árboles, de unas treinta o cuarenta especies diferentes, aunque tienen una capacidad máxima para 110 bonsáis, dependiendo de su tamaño.

Son los propios socios de la Asociación los encargados de ceder sus árboles para la muestra, y también se ocupan del cuidado de cada uno de sus árboles. “Cada árbol tiene su propio sistema de riego, y a cada uno lo atiende su propietario. Ellos deciden cuándo se poda, si se abona o no y la cantidad de riego que recibe”, explica Alonso.

Además, señalan que la exposición “va cambiando” porque los árboles viajan también a las diferentes exposiciones a las que asiste la asociación. Asimismo, en el caso de que puedan verse afectados por la climatología o necesiten ser trasplantados, sus dueños también los retiran.

En teoría, todos los bonsáis deberían estar la mayor parte del año en el exterior, pero por el clima que tenemos, hay ciertos árboles que no son de nuestra zona, que necesita que se les resguarde en invierno, porque no aguantan el frío”, indica Alonso.

Por ello, el vicepresidente de la Asociación, Sergio Valdivielso defiende la importancia de visitar el Museo al menos cuatro veces al año, una en cada estación, para poder contemplar las diferentes especies y cómo cambian en cada época. El Museo cuenta con especies como olmos, pinos, arces, acebuches, olivos e incluso ejemplares llegados de Japón. “Hay una diversidad importante de especies”, destacan.

Según explican desde el Ayuntamiento, no se contabilizan las visitas, dado que son gratuitas y al ser al aire libre, la gente puede acercase cuando quiera a visitarlo. Permanece abierto de lunes a viernes, en horario de 9 a 14 horas, aunque desde la Asociación recuerdan que también se pueden gestionar visitas por la tarde o el fin de semana si se ponen en contacto con la Asociación a través del propio Ayuntamiento. “Llevamos unos años en los que se nota que hay más afluencia de gente interesada por saber cómo funciona esta afición y cómo se trabajan los árboles”, explica Yolanda Alonso.

Desde la Asociación ofrecen cada año un cursillo de iniciación al bonsái donde se imparten clases teóricas y prácticas sobre la historia y técnicas necesarias para iniciarse en este arte milenario. Aquellos que participan pueden conocer las técnicas de cultivo, plantado, trasplante, diseño, riego y abonado necesarias para cuidar de un árbol de estas características.

Este cursillo anima a muchas personas a continuar con esta práctica. Tal fue el caso de la propia presidenta de la Asociación, Yolanda Alonso, que reconoce que tras realizar el curso se “enganchó” al arte de los bonsáis. “Hice el curso y empezamos a tener árboles en casa, y ahora solo entran, no salen”, comparte. Algo similar le ocurre a Sergio Valdivielso, que cuenta con más de una treintena de bonsáis en su casa, a los que se suman otros diez expuestos en el Museo y otros tantos en el trabajo.

”Visión más digital”

El Museo abrió sus puertas en 2008 y desde entonces se ha convertido en un gran reclamo turístico para la zona. Los visitantes tienen la libertad de acercarse hasta el lugar, pasear por el espacio e ir contemplando cada uno de los bonsáis. Con el fin de mejorar la experiencia de sus visitantes, desde la Asociación quieren dar al Museo una “visión más digital”.

Para ello, quieren contar con una página web donde se muestren los árboles expuestos, con una ficha técnica de cada especie. Además, en la propia exposición, quieren añadir al lado de cada árbol un QR que enlace a una ficha donde se dé información sobre la especie y ofrecer a los visitantes unas “nociones básicas de botánica” y fotos de su aspecto en las diferentes etapas del año.

Como cada año, la Asociación Cultural Bonsái de Burgos prepara ya su tradicional exposición anual, que este 2024 volverá a celebrarse en el Monasterio de San Juan, en el mes de mayo. Allí, los burgaleses podrán contemplar de cerca algunos de los mejores ejemplares de bonsáis de los que dispone la Asociación.