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Sociedad

Así pensamos, así somos

"El pensar en contra, acaba con cualquier relación y ahoga la amistad, mientras que, ponerse en la piel del otro, abre las puertas"

Joven pensando La RazónLa Razón

Cuando la angustia y la ansiedad aprietan, buscamos la solución a nuestros desvelos por caminos perdidos. Sin embargo, cambiar los aspectos negativos que nos afligen y transformarlos en sentimientos de armonía y bienestar, no es algo inalcanzable. Transitar de la pesadumbre a la quietud y el reposo y disfrutar de las pequeñas cosas es posible. Pero para ello resulta imprescindible una mente sana.

Tanto en la dicha, como en la desdicha, somos lo que pensamos. Tenerle el pulso tomado al pensamiento, es la mayor lotería que nos puede caer. El razonamiento tiende a convertirse en un hábito y el hábito se traduce en actos. Una persona que siempre está pensando con animadversión, adquirirá el hábito mental del rencor, que inevitablemente se reflejará en su proceder. Y alguien que siembra aceptación y gratitud, recogerá cercanía y estima.

El pensar en contra, acaba con cualquier relación y ahoga la amistad, mientras que, ponerse en la piel del otro, abre las puertas. ¿cuál es, entonces, el pensamiento acertado? La respuesta nos la da, una vez más, Ramiro Calle: "pensamiento correcto es el que emerge libre de ofuscación, avidez y odio". Mucha de nuestra vitalidad la perdemos en enredos mentales. Por eso, aprender a ejercitar la mente en la escucha y la comprensión, es un arte que vale la pena cuidar.

Si ponemos el pensamiento al servicio de emociones negativas, las intensificaremos y prolongaremos; por el contrario, si logramos un pensamiento humanitario y sensible, estaremos dando la espalda a la malevolencia. Santa Teresa de Jesús ha sido, probablemente, quien mejor ha entendido la mente: "la loca de la casa" la llama, mientras pide a sus monjas ver las cosas como son y no como les conviene que sean.

Saber aceptar lo inevitable, para no alimentar tensión innecesaria y añadir sufrimiento al sufrimiento, transforma el vivir. Una cabeza errática y alborotada, sucumbe a "la loca de la casa" y multiplica el padecimiento, porque la mente es el cauce, a través del cual, el alma explora y comparte lo fascinante de la vida. El pensamiento excluyente, en cambio, convierte la mente en un infierno dominado por el ego y su autosuficiencia.

La vida resulta más llevadera, cuando tenemos una visión alegre y serena de lo que nos rodea, alejada de paranoias y miedos que no conducen a nada. Porque, casi todo lo que creemos que va a suceder, no acontece nunca. Regreso a las enseñanzas de Ramiro Calle, toda una vida dedicada a esclarecer la salud psíquica y la buena relación con las otras criaturas.

Asegura este maestro de paz interior que: "nos empeñamos, neciamente, en que todo permanezca y nada fluya y se modifique, agarrándonos a nuestro ego". Error, inmenso error, que trae desamparo y miedo, porque, sólo en saber soltar y tender la mano, está la plenitud del vivir. Convertir los obstáculos en oportunidades, hasta hacer posible lo imposible, es el secreto. Este gacetillero, ya sólo festeja la existencia con quienes comparte pensares y sentires. Y tú, amable lector, ¿con quién celebras la vida?