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Castilla y León registra una primavera cálida y tormentosa, al llover durante 43 días

La Aemet prevé una "probabilidad alta" de contar con un verano "cálido", pero sin una "tendencia definida" en precipitaciones

El delegado territorial de la Aemet en Castilla y León, Manuel Mora, acompañado del subdelegado del Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales, ofrece un balance del año hidrológico, el resumen climático de la primavera y la predicción para el verano
El delegado territorial de la Aemet en Castilla y León, Manuel Mora, acompañado del subdelegado del Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales, ofrece un balance del año hidrológico, el resumen climático de la primavera y la predicción para el veranoMiriam ChacónIcal

Castilla y León registró una primavera cálida en el conjunto de toda la comunidad, con una anomalía de temperatura de 0,2 grados respecto a su valor de referencia y un carácter “muy cálido” en las mínimas, que han estado 0,7 grados por encima de su valor normal, y con únicamente once días de helada (el valor habitual se cifra en 20 días).

Además, se estructuró como “muy húmeda” con un superávit del 41 por ciento, con 43 días de precipitación apreciable, lo que la convirtió en la sexta primavera más húmeda desde 1961, según informó la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Adelantaron que la predicción estacional vaticina una “probabilidad alta” de contar con un verano “cálido”, pero sin una “tendencia definida” en precipitaciones.

El delegado territorial de la Aemet en Castilla y León, Manuel Mora, detalló que la primavera ha sido un “poco atípica y dispar” según cada mes, al describir un marzo “muy frío y muy húmedo”, un abril “muy cálido y húmedo” y un mayo “normal” en temperatura y “húmedo”. Además, los valores extremos de esta primavera en cuanto a temperatura se registraron el 31 de mayo en Candeleda (Ávila), con 37,4 grados, y el 17 de marzo en la localidad soriana de Espejo de Tera, con la mínima de 10,3 grados bajo cero.

Son datos que se desprenden del balance del año hidrológico, el resumen climático de la primavera y la predicción para el verano que presentó hoy el subdelegado del Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales, junto al responsable de la Delegación de la Aemet en la Comunidad, donde Mora recordó que Castilla y León se vio afectada por bastantes borrascas de alto impacto, con Jana, Laurence, Martinho, Nuria y Olivier, siendo la localidad abulense de Serranillos las que contabilizó el mayor registro de precipitación, con 152 litros por metro cuadrado.

De igual forma, apuntó que el observatorio de Ávila informó de un aumento del 138 por ciento sobre la precipitación habitual, que se cifra en 120 litros, cuando en esta primavera se contabilizaron 286 litros por metro cuadrado. Mora también señaló que la primavera se catalogó como tormentosa, con cerca de 25.000 descargas de nube a tierra en el territorio de Castilla y León, lo que supone un 14 por ciento más de lo habitual, dijo, con la provincia de Burgos a la cabeza (5.814 descargas).

En cuanto a efemérides, desde la Aemet destacaron al observatorio de Soria con la predicación que se registró el 2 de marzo, con 39,2 litros por metro cuadrado, al ser el valor máximo registrado para ese mes; en Segovia, en el mes de abril también se registró una efeméride de intensidad de precipitación, con un valor de 54 litros por metro cuadrado.

Y en cuanto a temperatura, esa subida a finales de mayo se tradujo en un récord en Zamora con una temperatura máxima el 29 de mayo de 35,1 grados. En relación a datos mensuales, destacó, en el mes de marzo, la precipitación de Ávila de 157,6 litros por metro cuadrado, que superó el anterior récord de 136 litros por metro cuadrado en marzo de 2022; y en Soria, con 170,6 litros por metro cuadrado, por encima de los 135 de 2013.

Hidrológico y verano

Mora recordó que el año hidrológico comienza el 1 de octubre, pero subrayó que el balance a 31 de mayo es positivo, ya que hay un superávit del diez por ciento, aunque comentó que en el extremo norte hay un “ligero déficit” debido a esa distribución “regular” de las lluvias, mientras que en el sistema central, por ejemplo, ese superávit es superior, en torno a un 25 o 30 por ciento.

En cuanto a sequía meteorológica, explicó que si se toma a la primavera como referencia “no hay señales” de sequía pero, a plazos más largos, sobre todo a dos años, en el extremo norte sí que se observa que ha llovido menos de lo habitual, remarcó.

De cara a las próximas previsiones, adelantó que, desde el 6 de junio al 23 de junio, se esperan temperaturas “bastante por encima de lo habitual”, al igual que en la última semana de junio y la primera de julio, donde afirmó que “lo más probable” es que haya temperaturas “por encima de lo habitual”, aunque los valores sean “más moderados”. Añadió que en cuanto a precipitación “no hay ninguna señal significativa” a mayores de tormentas aisladas que puedan producirse por el calor.

Compromiso

Por su parte, el subdelegado de Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales, puso en valor el “compromiso” de la Aemet, ya que gracias a ellas se dispone de herramientas de “predicción, observación y vigilancia” que permiten tomar “medidas preventivas, salvaguardar bienes” y, ante todo, “proteger vidas”, dijo. Por todo ello, agradeció y reconoció públicamente el trabajo el trabajo que realizan todos sus profesionales en la Delegación de Castilla y León, dado que “gracias a su esfuerzo y dedicación” se cuenta con un sistema de información meteorológico “robusto, fiable y útil”, informa Ical.

La labor de la Agencia Estatal de Meteorología, apoyada en el “conocimiento científico” y el compromiso con el servicio público, resulta “imprescindible” para la toma de decisiones en múltiples ámbitos, cuya información contribuye a que las administraciones públicas y los distintos sectores económicos puedan anticiparse a fenómenos adversos cada vez “más frecuentes, más complejos y explosivos en un contexto de cambio climático”, añadió.