Sociedad

Emotivo homenaje a los vecinos de La Muedra, el pueblo sumergido en el pantano de Soria

El Ayuntamiento de Vinuesa y la Diputación Provincial colocan un memorial en el nuevo cementerio de la localidad desaparecida

Homenaje a los vecinos de La Muedra
Homenaje a los vecinos de La MuedraDiputación SoriaDiputación Soria

El Ayuntamiento de la localidad soriana de Vinuesa, en colaboración con la Diputación Provincial, ha inaugurado este domingo un memorial en La Muedra, el pueblo que quedó anegado por el Embalse de la Cuerda del Pozo en 1942, un homenaje a los últimos vecinos de este pequeño municipio soriano.

El emotivo homenaje ha tenido lugar en el cementerio nuevo de La Muedra, restaurado recientemente por el Ayuntamiento de Vinuesa, donde se ha colocado un memorial, en recuerdo de este pueblo y de sus últimos habitantes, que recoge los nombres de las personas enterradas en el camposanto desde 1916 a 1936.

El alcalde visontino Juan Ramón Soria, principal impulsor de este acto, ha estado acompañado por el presidente de la Diputación, Benito Serrano, y la delegada territorial, Yolanda de Gregorio, quienes han destacado que el memorial era "una deuda" con los vecinos de La Muedra que tuvieron que abandonar el pueblo debido a la construcción del embalse.

Soria ha anunciado sus intenciones de publicar un libro que editará la Diputación para recordar la historia de los vecinos de La Muedra que "hicieron un gran sacrificio al abandonar su vida y todas sus pertenencias para posibilitar la construcción de un pantano que, a día de hoy, es fuente de riqueza y sus aguas riegan tierras de Valladolid y Burgos", ha resaltado Benito Serrano.

El origen data de 1923 cuando se aprobó la construcción del pantano en la cabecera del río Duero y, 18 años después, en septiembre de 1941, se inauguró la presa de la Cuerda del Pozo, que ocultó el pueblo de La Muedra, y por ello muchos conocen con ese nombre al embalse.

Por aquel momento, este pueblo situado entre Vinuesa y El Royo contaba con aproximadamente 90 hogares y 341 habitantes que tuvieron que mudarse a las aldeas vecinas como Vinuesa, Molinos de Duero, Salduero o Abejar.

La única exigencia de los vecinos, antes de abandonar sus hogares, fue que se trasladasen sus muertos del cementerio para evitar que fuera anegado, por lo que se construyó un nuevo camposanto, "para que la gente pudiera llorar a sus familiares", ha explicado la delegada territorial, Yolanda de Gregorio, informa Efe.