Turismo

Estos son los pueblos más bonitos de España cerca de Madrid para disfrutar de un fin de semana

Les separa poco más de una hora en coche de la capital de España

Plaza Mayor de Pedraza, Segovia
Plaza Mayor de Pedraza, SegoviaCivitatisShutterstock

Se acaban las vacaciones y la playa, y ahora es tiempo de disfrutar de los pueblos más bonitos de nuestro país en escapadas de fin de semana. Son muchos los municipios que existen en la geografía española, y que se encuentran cerca de Madrid, y ofrecen una serie de atractivos monumentales, naturales y gastronómicos ideales para dejar durante unos días el agobio de la gran ciudad, y disfrutar de la paz y tranquilidad que ofrecen estos pequeños pueblos.

Uno de los municipios más atractivos se encuentra en la provincia de Segovia. Se trata de Pedraza. Situada a 130 kilómetros de Madrid, se trata de una villa medieval completamente amurallada, a la que únicamente se puede acceder a través del Arco de la Villa, que conserva sus puertas originales. Los visitantes en su recorrido podrán contemplar numerosos palacios y casas nobles blasonadas que se comenzaron a construir en el siglo XVI y que hoy día gozan de un estupendo estado de conservación.

Sus calles y arquitectura mantienen el estilo de la época, con casas blasonadas e históricas edificaciones que se conservan en su totalidad. Destaca la Puerta de la Villa,único punto por donde se puede entrar al municipio, y que permite revivir al visitante los mejores momentos de la Edad Media de España.

El principal atractivo turístico de Pedraza es la Cárcel de la Villa, una prisión medieval que se puede visitar para conocer las principales formas de castigo de la época, así como el día a día, tanto de los presos, como del carcelero. También destacan otros enclaves, como su Plaza Mayor, con balcones y soportales de estilo medieval, donde se encuentra la iglesia de San Juan Bautista, construida en el siglo XIII.

 

También, cabe destacar la presencia del castillo de Pedraza, origen de la villa tal como la conocemos. Fue construido en el siglo XIII y rehabilitado en el XV, erigiéndose la Torre del Homenaje. Además, se levanta sobre los restos de una fortificación anterior, de origen romano, por lo que se le considera uno de los castillos más antiguos de Europa. También estuvo bajo control de los musulmanes, que dejaron la huella de su paso en sus murallas. Actualmente, el castillo es de propiedad privada, por lo que su uso está restringido, permitiéndose su visita en algunas épocas del año.

En la actualidad esta villa, que cuenta con la declaración de Conjunto Histórico desde 1951, cuenta con unos 125 vecinos, y todos ellos viven del turismo, por lo que podrá encontrar numerosos asadores, tiendas de decoración, mueble rústico, artesanía, estaños, tahonas, chocolates, jabones…

También en la provincia segoviana se encuentra el municipio de Sepúlveda. Este pueblo, también catalogado como uno de los más bonitos de España, hace una conjunción perfecta entre historia, gastronomía y naturaleza. Se trata de una villa medieval, rodeada por los ríos Duratón y Caslilla y situada junto al Parque Natural de las Hoces del río Duratón. Como si de dos alfareros se tratara, los ríos Duratón y Caslilla modelaron, lentamente, un paisaje sobre el que hoy emerge, en un emplazamiento privilegiado.

En la Edad de Hierro, la localidad surge como un castro céltico de la tribu de los arévacos. Los celtíberos se asentaron allí y los romanos también han dejado huella de su presencia en estas tierras, como los puentes de Talcano y Picazos, restos de una calzada o el cercano yacimiento arqueológico de “Los Mercados” de Duratón, que posiblemente sea la ciudad de Confluenta que cita Ptolomeo en el siglo II d. C. En esta época, los restos encontrados en Duratón en 1791 y 1949 la muestran con una vida amplia, relacionada con el exterior, y un estatuto jurídico de municipio.

De la época visigótica es la Necrópolis excavada en Duratón (pueblo agregado o barrio de Sepúlveda), con 666 sepulturas con ajuares casi totalmente germánicos. La primera mención histórica de la villa de Sepúlveda aparece en la “Crónica de Alfonso III”, como uno de los lugares que fueron despoblados en las correrías de Alfonso I, aunque quedó una población rural en su entorno.

Su repoblación por Fernán González, en el año 940, representó un audaz avance hacia el sur, más allá del Duero. El Abad de Arlanza, Fray Gonzalo de Arredondo, nos cuenta su leyenda heroica, con la lucha cuerpo a cuerpo entre el conde de Castilla y el alcaide moro Abubad, a quien Fernán González cortó la cabeza que hoy está esculpida en la fachada de una de las casas blasonadas de la Villa, llamada precisamente “La Casa del Moro”. Almanzor fracasó en su tentativa de ganar la Villa el año 979, pero lo consiguió el 984 o el 986, volviendo a recuperarla definitivamente Sancho García, nieto de Fernán González, en el año 1010.

 

El mismo conde de Castilla, Fernán González, para atraer pobladores que desafiaran la peligrosidad de este lugar de frontera, concedió a la villa de Sepúlveda su Fuero, que sus sucesores fueron confirmando. Su texto más antiguo que nos ha llegado, del año 1076, es el latino de Alfonso VI, su repoblador definitivo.El Fuero de Sepúlveda encarnaba el Derecho en la Extremadura Castellana, y en torno a él se fue formando un cuerpo legal más extenso, en castellano ya, en tiempos de Fernando IV.El Fuero Extenso, que recogía toda la legislación anterior, fue ratificada por el propio monarca en 1305. Su difusión fue muy importante, siendo concedido a Zaragoza y Teruel y, a partir de Uclés, a muchas poblaciones de la Orden de Santiago. El término delimitado por el Fuero es el de la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda, que aún existe, y que comprende 39 pueblos y más de 11.000 habitantes.

En el año 1111, en el Campo de la Espina o Candespina, hoy Fresno de Cantespino, Alfonso I de Aragón y el conde Enrique de Portugal vencieron a la mujer del primero, Dª Urraca. El evento fue trascendente para la independencia portuguesa, y como consecuencia del mismo, Sepúlveda estuvo algún tiempo bajo dominio aragonés. En el año 1468 se expulsa de la Villa a los judíos; y en 1472 se reconoce la soberanía de los futuros Reyes Católicos, impidiendo por dos veces y por la fuerza la entrada de Enrique IV en el municipio. Durante la Guerra de la Independencia, el Empecinado realizó incursiones por la zona, teniendo sus cuarteles en las cuevas del Cañón del Duratón.

Durante los siglos medievales se levantaron algunos de los templos que motivaron la declaración de Sepúlveda como Conjunto Histórico Artístico en el año 1951. Entre ellos es de obligada cita El Salvador, que corona el caserío de la villa, y en cuyo ábside se lee una inscripción que data al edificio en el año 1093; el santuario de la Virgen de la Peña, patrona de Sepúlveda y su Comunidad de Villa y Tierra, en el que destaca el tímpano de entrada al edificio; o las iglesias de San Bartolomé y San Justo.

Desde hace unos años, la también iglesia románica de Santiago alberga la Casa del Parque, un espacio dedicado a las Hoces del río Duratón, declaradas Parque Natural por la Junta de Castilla y León en 1989. Dicha distinción no ha hecho sino ejercer de reclamo para miles de visitantes que cada año acuden a este espacio natural para contemplar sus impresionantes cortados calizos, en algunos tramos de más de 70 metros de altura, donde anidan especies como buitre leonado, alimoche, águila real, halcón peregrino o búho real. Además, el parque y sus inmediaciones cuentan con una deliciosa colección de pequeñas rutas de senderismo para conocer increíbles rincones de la paramera, los pinares o el fondo del valle.

 

A este patrimonio natural y artístico Sepúlveda añade una gastronomía excepcional, en la que el cordero asado es manjar obligado.

En la Comunidad Autónoma de Castilla y León, pero en esta ocasión, en la provincia de Ávila se encuentra Candeleda, uno de los pueblos más bonitos de la Sierra de Gredos. Se trata de un lugar mágico por sus parajes y arboledas, por sus gargantas, arroyos y manantiales, por los picachos y roquedales de la sierra y por sus tradiciones.

La espectacular belleza del entorno hará las delicias de los viajeros. No menos impresionante es su centro histórico calles y lugares que constituyeron el núcleo primigenio alrededor del cual fue creciendo y desarrollándose la Villa de Candeleda, título que le fue otorgado en el año 1393 por el rey Enrique III de Castilla.

La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción situada en un promontorio y declarada Bien de Interés Cultural pertenece, en su parte primitiva, al gótico arcaico y rústico de finales del siglo XIV o principios del XV.

En la Plaza Mayor, espacio presidido por el Ayuntamiento que al igual que el resto de la plaza, contó antiguamente con soportales sostenidos por columnas de granito y cuyo rastro encontramos hoy día en el interior de algunas de las casas y en la entrada de un bar contiguo a la Casa Consistorial.

En dicha plaza está ubicada una de las casas entramadas más bellas y mejor conservadas que podamos encontrar: La Casa de las Flores , un museo en si misma. En su interior alberga el Museo del Juguete de Hojalata, espacio cultural en el que se puede contemplar una tienda de juguetes de hojalata de todo el mundo.

 

En los alrededores de la villa se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de Chilla, aunque son varias las leyendas que circulan sobre el origen de la actual advocación de la ermita, la tradición cuenta que allá por el 1300, la Virgen se apareció a un joven pastor llamado Finardo que lloraba la muerte de una de sus ovejas. Compadecida, la Virgen le devolvió a la vida y le pidió, a cambio, que construyese un templo en el lugar del milagro.

También destaca el Castro de "El Raso, Collado del Freillo”, que se trata del asentamiento más antiguo e importante de Castilla y León está en perfecto estado. Se ha rehabilitado una gran parte de su muralla y las casas, su situación es privilegiada y se calcula que vivieron más de 2.000 personas.

El yacimiento se encuentra en las estribaciones meridionales del Macizo Central de Gredos, junto al Valle del Tiétar, a pocos kilómetros de Candeleda. Al estar situado junto al Pico Almanzor (2592 metros) protege la zona de los vientos fríos del norte y le proporciona a lo largo del año una agradable temperatura, agua y unos pastos de gran riqueza.

Volvemos a la provincia de Segovia para ir al Real Sitio de San Ildefonso, situado a poco más de 90 kilómetros de Madrid, que destaca por su patrimonio natural, al estar al lado del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.

Además, en los límites del municipio se encuentra el impresionante pinar de la Acebeda, lugar donde comienza el Acueducto de Segovia. Aunque de esta infraestructura solo se conoce la parte que pasa por la ciudad, las aguas eran recogidas en este punto, del manantial de Fuenfría, y transportadas a través del acueducto a lo largo de 16 kilómetros.

A pesar de su importancia para la ciudad de Segovia, no es el elemento histórico principal en San Ildefonso, puesto que durante siglos fue residencia de reyes, lo que le otorga la condición de Real Sitio. Los Trastámara erigieron su residencia en el valle de Valsaín y posteriormente, Felipe II ordenó la construcción del Palacio Real, con un estilo arquitectónico pionero en España. Sin embargo, solo se conservan sus ruinas después de que un incendio lo destruyera por completo en 1682.

 

En su lugar, se levantó el Palacio Real de La Granja, en 1721, inspirado en el Palacio de Versalles. De este edificio destaca su entorno, con más de 140 hectáreas de bosques y jardines, con esculturas e importantes fuentes monumentales, que solo están en funcionamiento entre los meses de abril y octubre. Otro edificio destacado, dentro del complejo de La Granja, es la Real Fábrica de Cristales, reconstruida tras el incendio de la anterior en 1770.

Para finalizar el viaje hay que trasladarse hasta la vecina Castilla- La Mancha para visitar otro de los pueblos más bonitos de España, Brihuega, en Guadalajara, más conocida como el Jardín de la Alcarria, por su campos de lavanda, y que está a menos de 100 kilómetros de la capital de España.

Sus monumentos religiosos nos adentran en los detalles del románico tardío y las distinciones del gótico a través de su periplo: Santa María de la Peña, San Miguel o San Felipe lo ilustran.

Entre los edificios civiles destacan del siglo XVIII el ayuntamiento y la cárcel, casonas renacentistas como las de los Gómez y otras en los barrios nuevos y San Juan. Pero sin duda el monumento civil por antonomasia es la Real Fabrica de Paños, eje de la actividad industrial de Brihuega, de un bellísimo concepto arquitectónico y para más simbolismo sus jardines de 1810 hacen honor al sobrenombre de esta villa.

 

Una reja en la plaza nos conduce a las Cuevas Árabes, un laberinto de secretos caminos por distintas épocas, culturas y actividades en donde Brihuega susurra desde sus entrañas.

Una visita muy curiosa es la del Museo de miniaturas del Profesor Max. Brihuega es su ciudad natal y también de su hermana María Rosa Elegido Millán, ambos precursores de la miniatura a nivel mundial.

El Turismo Activo tiene una gran presencia en Brihuega. Bosques de encinas y quejigares y la agricultura de secano del páramo, las pequeñas huertas, los olivares y las plantas aromáticas, lavanda, espliego, romero, tomillo o salvia, de las cuestas y valles, que han proporcionado el asentamiento de colmenas para la producción de la miel.