
Cultura
El Salieri de Monsalve
"Singularmente amado por el emperador José II, Salieri tenía estatura pequeña, ojos vivarachos y pelo oscuro"

El 5 de diciembre de 1791 fallecía en Viena Wolfgang Amadeus Mozart. Seguían su cortejo fúnebre, los varones de la familia y un músico, que también le había visitado horas antes de expirar: Antonio Salieri, autor de 40 operas y otras producciones musicales de éxito. Pocos días después, el emperador, reorganiza su Cappella desplazando a Salieri y se propaga un rumor por toda la ciudad: el compositor italiano habría asesinado a Mozart por celos. Se inician así dos siglos de fábulas y leyendas, películas, series y, hasta óperas, que consolidan un relato de envidia y crimen pasional. Ernesto Monsalve, Fundador de la Joven Orquesta Sinfónica de Valladolid, compositor, profesor y reconocido dinamizador cultural de probado talento, seducido por la atractiva personalidad de Salieri, ha escrito la primera biografía completa, en español, del compositor italiano, con motivo del bicentenario de su fallecimiento y con la intención, no disimulada, de sacar al músico vienés de un injusto olvido e inexplicable silencio de siglos. Adicionalmente, el lector dispone del catálogo sonoro de Salieri, a través de 17 propuestas, que el autor coloca al comienzo de cada capítulo y enriquecen este nuevo libro de Rialp. La obra de Monsalve, minuciosamente documentada y sin concesiones a lo imaginario, lleva por título: 'Salieri, el hombre que no mató a Mozart'.
Además de recurrir a todas las fuentes imaginables, Monsalve, ofrece información inédita, rigurosa y amena, sobre este enigmático personaje, así como un divertido anecdotario sobre el propio Salieri y los más influyentes compositores de ese periodo glorioso de la Viena imperial, para regocijo de los amantes de la música. Singularmente amado por el emperador José II, Salieri tenía estatura pequeña, ojos vivarachos y pelo oscuro. En cuanto a su forma de ser, era ocurrente, colérico, maniático del orden y la limpieza y despreciaba el juego, los vicios y el alcohol. Le fascinaba el dulce y sentía una irresistible atracción por el chocolate, convencido _como este gacetillero_ de que: "un día sin chocolate es un día perdido". Ernesto Monsalve, hombre especialmente culto, ha logrado hacer una de esas biografías necesarias que se leen de un tirón, en este caso bajo el atractivo hilo de la música.
El autor de 'Salieri el hombre que no mató a Mozart' ha investigado hasta la extenuación en el personaje, obsesionado por hacer justicia a Salieri, para lo cual desnuda su intimidad y aficiones, como su amor a la lectura, o su pánico al dolor y la desdicha, junto a esa inclinación espiritual, tan marcada en él, que fue su refugio cuando le venían mal dadas. El resultado es un estupendo libro, en el que Monsalve condensa los pensares, alegrías y tristezas de Salieri, un venerado maestro de la música, del que aprendieron Schubert, Beethoven, Liszt o Meyerbeer. A través de 'Salieri, el hombre que no mató a Mozart', Ernesto Monsalve nos descubre lo que significa el aliento de la música en la vida, la creación artística y el pensamiento humanista, para la transformación de la historia y el avance de la sociedad.
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