Sólo por ser cristianos

Comenzábamos esta semana con 206 cristianos asesinados en Nigeria a cuchilladas, otros quemados vivos y algunos tiroteados, por radicales islamistas, cuando trataban de huir de la carnicería.

Más de 4400 cristianos fueron martirizados, la mayor parte de ellos por el extremismo islámico, durante el pasado año en el mundo, según datos recogidos por la Asociación francesa 'Puertas Abiertas', caracterizada por su seriedad. Pero el silencio es la norma, frente a esta violencia. Se oculta, apenas se informa.

Tan sólo en un acto de extrema crueldad, 70 cristianos acabaron decapitados por yihadistas, en una iglesia de la República democrática del Congo, el pasado 19 de febrero: "os vamos a mostrar cómo murió Jesús", les dijeron y comenzaron a trocearlos a machetazos.

Testigos presenciales atribuyeron la masacre a las Fuerzas Democráticas Aliadas. El grupo, vinculado al Estado islámico, secuestró a los 70 creyentes, los llevó a un templo protestante de Kasanga y los torturó hasta la muerte. Incomprensible y doloroso resulta el silencio de la Comisión Europea, frente a tanta atrocidad. Para la señora Wonder Mayer, se trata de "conflictos de diferente naturaleza".

Todo vale a la hora de blanquear el asesinato de cristianos, en el exclusivo Club de los 27; todo sirve, para no llamar a lo que es como es, sino como interesa que sea y evitar a toda costa la expresión "persecución cristiana".

Esta es, amable lector, la verdad que se ignora o disfraza: decenas de asesinados, en lo que va de año, sólo por ser cristianos. Mujeres quemadas vivas, niños apaleados hasta la muerte y decenas de católicos -sin que sepamos cuántos, con exactitud-, degollados en Nigeria, donde 25 sacerdotes permanecen secuestrados a día de hoy.

Casi todas estas masacres, han sido protagonizadas por grupos islamistas. Estamos ante una brutal persecución cristiana y Occidente la Ignora. El islamismo radical mata a nuestros hermanos, por confesar su fe en Jesucristo y ni siquiera se informa de ello. Asesinatos continuos, que pasan desapercibidas entre nosotros, porque Europa está acabada. Si: acabada.

En España estos hechos no merecen ninguna atención. No hay espacio ni voluntad para recogerlos. ¡Adónde hemos llegado! Pero sigamos: en la mañana del pasado domingo, festividad de Pentecostés, mientras millones de creyentes celebrábamos la venida del Espíritu Santo, en Siria se derramaba la sangre de 48 mujeres católicas, martirizadas a manos islamistas. Hechos que hemos conocido gracias al arzobispo Salvatore Cordileone.

Las mujeres, fueron ejecutadas en un suburbio de Damasco, a las 4:00 de la mañana, por fuerzas del nuevo régimen sirio. Y ¿qué hace la bella Europa ante semejante violación de los derechos humanos? Pues mirar para otra parte. Son muertes que no cuentan, como tampoco el hecho de que, en la actualidad, casi 400 millones de cristianos, en el mundo, sean discriminados y obligados a la clandestinidad, cuando no al martirio, por seguir a Jesús de Nazaret en países como Arabia Saudita, Afganistán, Irán, Yemen, Somalia, Sudán o Libia, entre otros.

Hoy en día, hay más cristianos perseguidos en el mundo, que en pleno imperio romano. Pero este hostigamiento, que afecta a millones de mujeres y hombres, no forma parte del debate público. No interesa a los poderosos de la Tierra y mucho menos a la Europa errática de los mercaderes.