Cultura
Tiempos de Tormenta
"Porque la poesía y el periodismo son un género literario; y, ambos nacen de un mismo sentimiento: la llamada a desenmascarar la realidad y comunicarla"
Escribe el poeta versos de denuncia, grito y libertad. ‘Tiempos de tormenta’, es el título del nuevo libro de José María Triper, Premio Internacional José Zorrilla de poesía, entre otros galardones, además de autorizado escribidor económico, que también hace buena poesía.
La pregunta está servida: ¿Cómo puede alguien de estos oficios nuestros, que se dedica a los números, escribir versos ? Y siempre, medio en serio, medio en broma, Triper argumenta que la pregunta debería ser al revés: ¿Cómo es que, un poeta, se ve obligado a ganarse la vida escribiendo sobre finanzas, el negocio de la usura ydineros bien o mal habidos? Pero, ni lo uno, ni lo otro, son verdad; o no lo son del todo.
Porque la poesía y el periodismo son un género literario; y, ambos nacen de un mismo sentimiento: la llamada a desenmascarar la realidad y comunicarla. Brotan los versos de José María Triper al hilo de aquella frase de Gramsci, el teórico marxista y periodista italiano que advirtió: “el viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer y, en ese claroscuro…” pues, en ese intervalo, nos encontramos a los mismos de siempre: perros de caza, todos de la misma raza, aprovechándose del río revuelto, del miedo y de la incertidumbre de la buena gente: populismos, nacionalismos robando a manos llenas, demagogos y sablistas con carita de no haber nunca roto un plato y radicales, para todos los gustos, que odian la separación de poderes, la economía de mercado y las libertades individuales. Listillos y amantes del trampantojo, vamos.
Con todos estos ingredientes, José María Triper, se lanza a hacer poemas: “como una pausa/ de muerte y de silencio/ en el viaje sin retorno/ de la historia./ Un paréntesis/ en la esperanza/ y una vorágine/ de desconcierto, incompetencias y mentiras.” El poeta nombra, uno tras otro, con palabras de carne y hueso, el caos de la impericia en el torbellino de las vanidades de gobiernos desbordados y sin rumbo; ladinos, taimados y sin vergüenza, que pasan del ejemplo, del sacrificio y la entrega de una sociedad civil siempre por encima de quiénes deberían de servirla, pero que ni saben ni responden.
“¿Dónde buscar refugio cuando no existe la esperanza?”, se pregunta el poeta, ya al final de su poemario, y aclara, para que nadie se lleve a engaño: “Las democracias no se acaban sólo con golpes de estado como el 23 F, sino que se acaban, también, con el deterioro, el desprestigio, el descrédito y la usurpación de las instituciones”.
Por si acaso, el poeta, asegura: “Cuando sientas que el viento/se estanca en tu ventana/y creas que no existen/consuelo ni esperanza./ Si has negado la fe/y tus sueños naufragan/en un vacío miserable,/entonces reza./Aunque no creas./Por si acaso.”
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