Coronavirus

“Los maltratadores están satisfechos con el confinamiento por el control que les da sobre sus mujeres”

Los expertos consideran que las cifras de víctimas no van aumentar gracias a lo perverso de la situación

Coronavirus.- Farmacias de la Región ayudarán a posibles víctimas de violencia de género o agresión sexual
Cartel elaborado por el Colegio de Farmacéuticos para ayudar a posibles víctimas de agresión sexual y malos tratosCOLEGIO DE FARMACÉUTICOS DE LA R03/04/2020larazonCOLEGIO DE FARMACÉUTICOS DE LA R

La situación de confinamiento sanitario obliga a las familias a permanecer encerradas en casa, a convivir, pero eso es especialmente perverso en el caso de las personas que son víctimas de violencia de género y han de permanecer recluidas junto a su agresor. Esta situación, por un lado, intensifica la presión y la tensión a la que se ve sometida la víctima y por el otro, el aislamiento dificulta el seguimiento de estas personas, así como su movilidad para poder denunciar o poner en conocimiento de quien corresponde una posible agresión. Tal y como apunta Ana Bella, víctima de violencia de género y presidenta de la Fundación que lleva su nombre y que atiende a mujeres maltratadas, “nosotras ya vivimos el estado de confinamiento todos los días, pero en la situación actual lo que sucede es que además no tenemos vías de escape como el salir a trabajar, de manera que ese maltrato se hace más intenso”.

Así pues, a su entender, “en estos días no va a aumentar el número de víctimas, porque de hecho los maltratadores ya están satisfechos con esta situación porque controlan a su mujer, sino que lo que sucede es que se intensifica la violencia ejercida sobre ellas, la tensión a la que se ven sometidas las víctimas, quienes tienen más complicado contar con apoyos y además no tienen la posibilidad de salir de casa, ni siquiera para trabajar, y alejarse aunque sea por unas horas de su maltratador”. En este sentido, Ana Bella pone de relieve que “el mayor número de llamadas que recibimos estos días apuntan a que estas mujeres están viendo cómo se intensifica la presión psicológica, el machaqueo constante e incluso las agresiones sexuales hacia ellas” y de hecho, “en China se han multiplicado por tres las denuncias por violencia de género”. En esta misma línea, la presidenta del Institut Catalá de la Dona, Laura Martínez, apunta que este servicio “ha reforzado la línea de atención de la violencia machista de Cataluña (900 900 120) con 175 horas de personal a la semana” para atender la demanda, ya que si en enero y febrero la media de llamadas era de 26, actualmente ésta se sitúa en torno a la cuarentena”.

Además, se han intensificado los servicios telemáticos en su modalidad de comunicación escrita por considerar que éstos pueden ser más operativos cuando la mujer su encuentra confinada con su agresor y por ello se ha puesto en marcha un número de WhatsApp (671 77 85 40) para poder atender a estas mujeres, que se suma a la ya existente cuenta de correo electrónico (900900120@gencat.cat) Y es que siempre, pero especialmente en este contexto de confinamiento, es clave llevar a a cabo un exhaustivo y continuado seguimiento de aquellas mujeres a las que ya se ha identificado como víctimas de violencia de género, facilitar su comunicación con aquellas entidades que puedan prestarles ayuda y apoyo así como con las fuerzas de seguridad y, paralelamente, implicar a la sociedad en la detección de posibles situaciones de malos tratos en el entorno doméstico. Tal y como recuerda Ana Bella, “si en una situación de normalidad ya son pocas las víctimas de violencia de género que toman conciencia de su situación y denuncian, en el actual estado de confinamiento es todavía más complicado que estas mujeres decidan o puedan dar un paso adelante” y opten poner en conocimiento de alguien lo que están viviendo, tanto por su dificultad de comunicación como por estar siempre acompañadas por su matratador. “Muchas no nos damos cuenta de que estamos siendo maltratadas, no tenemos capacidad de reaccionar porque nuestro maltratador nos roba los instintos y es nuestro entorno el que principalmente se percata de ello”.

Por ello, en la actual situación de confinamiento juegan un papel destacado los familiares y vecinos de la víctima, ya que al no poder salir ésta de casa ni acudir a su puesto de trabajo se reduce el círculo de personas que pueden detectar una posible situación de malostratos. “Si un familiar nota algo extraño o lleva días sin poder contactar con la víctima, debe avisar, así como los vecinos deben dar la señal de alerta si sospechan que hay malostratos”, explica Ana Bella. Por todo, ello, la fundadora de la entidad se muestra satisfecha con la última iniciativa que han puesto en marcha de forma coordinada el Institut de la Dona y Mossos d’ Esquadra , ‘Establecimientos seguros contra la violencia machista’ .

El objetivo de este proyecto es conseguir la complicidad de aquellos establecimientos que están operativos estos días para que se conviertan en voz y apoyo de las mujeres maltratadas. Simplemente han de colocar un cartel en sus instalaciones con el número de teléfono de la línea de atención contra la violencia machista en Cataluña (900 900 120) y el de emergencias (112) y facilitar que, en caso de ser necesario, la víctima pueda hacer una llamada a estos números desde su establecimiento. “La idea es lanzar un mensaje a esas mujeres víctimas de violencia machista de que no están solas, que tienen apoyos, y paralelamente, hacer una llamamiento a la ciudadanía” para que se implique en la lucha contra esta lacra, comenta Laura Matínez. En cualquier caso y pese a que la situación de confinamiento a priori parece que puede ser un detonante o intensificador de la violencia ejercida contra la mujer, Ana Bella ve en el actual momento una oportunidad para que las víctimas decidan denunciar y dar un cambio radical a sus vidas. En esta línea, la presidenta de la Fundación invita a todas las mujeres víctimas de violencia a que “el confinamiento sea una señal de alerta para romper el silencio, para tomar conciencia y un impulso para denunciar”. “Si tienen valor y fuerza para vivir 24 horas con su maltratador que lo usen para pedir ayuda”.