Coronavirus
Coronavirus: el desamparo de los menores con padres contagiados
Quince niños de menos de seis años han tenido que ser llevados con familias de acogida en Cataluña
La crisis del coronavirus, por su excepcionalidad, nos está obligando a buscar soluciones rápidas a situaciones que nunca antes se habían producido, está poniendo a prueba nuestra capacidad de respuesta al tener que hacer frente a situaciones inéditas sin apenas tiempo para la planificación, a veces con éxito y otras no tanto.
Un ejemplo de ello es la reacción de la administración catalana ante la aparición de una nueva versión de desamparo de menores, que se ha calificado como “involuntaria y temporal”, que si bien con anterioridad a la crisis del COVID 19 podía producirse de forma puntual, en los tiempos que corren puede ser más habitual de lo normal y lo deseado. Se trata de la que tiene lugar cuando aquellos niños que, por estar sus padres o cuidadores principales ingresados o aislados a consecuencia de la infección por coronavirus y al no disponer de una red familiar o social que pueda hacerse cargo de ellos mientras se prolongue esta situación, caen en el desamparo.
El procedimiento arranca siempre o bien a partir de una señal de alerta por parte de algún vecino que pone en conocimiento de los Mossos d’Esquadra la situación de desamparo o a través de las Unidades de Trabajo Social de los hospitales. En estos casos, se procede a comprobar si existe algún miembro de la red familiar o social del niño que se pueda hacer cargo temporalmente de él y, sino es así, siempre en coordinación con la DGAIA, se pone en marcha el proceso de guarda delegada. Al respecto, cabe puntualizar que en principio se intenta evitar que sean los abuelos quienes acojan a estos menores, ya que suelen ser población de riesgo y como esos niños han estado en contacto con personas positivas por coronavirus, pueden ser una fuente de contagio.
A continuación, existen dos tipos de respuestas de la administración en función de la edad del menor. Por un lado, se han habilitados tres albergues de la red pública, que se vieron obligados a cesar su actividad ordinaria tras el decreto del estado de alarma, para acoger a los niños de entre 6 y 18 años desde la perspectiva de la “educación en el ocio”, tal y como señala Georgina Oliva, secretaria de Infancia, Adolescencia y Juventud del Departamento de Trabajo y Asuntos Sociales de la Generalitat de Cataluña. “Es un concepto similar al de las colonias, en el que se combinan actividades lúdicas, con el repaso escolar y, evidentemente, las acciones destinadas a mantener un contacto entre estos niños y sus familiares a través de llamadas telefónicas, videoconferencias...”, comenta Oliva, para a continuación aclarar que “los menores están las 24 horas acompañados”. “Durante el día están con monitores de ocio y por las noches, los integradores sociales se hacen cargo de ellos. Quienes coordinan toda esta red son trabajadores y educadores sociales y además estos albergues cuentan con psicólogos a media jornada”, añade la secretaria de Infancia, Adolescencia y Juventud, quien resume que “se trata de abordar esta situación desde una vertiente integral para garantizar la salud física, educativa y emocional de los menores”.
El pasado viernes entraron los primeros huéspedes al albergue ubicado en la ciudad de Barcelona. Se trata de tres niños de entre 6 y 12 años, dos de ellos hermanos. Además, hay otros dos equipamientos más, uno de ellos en Girona y otro en Tarragona, listos para prestar servicio cuando sea necesario. Se trata de instalaciones habilitadas para acoger a grupos de hasta veinte menores, una cifra que se ha considerado la idónea porque garantiza una atención adecuada a cada uno de ellos y permite también disponer de espacios amplios por si en algún caso fuera necesario aislar a alguno de estos niños por sospechas de posible infección por coronavirus.
Pero cuando el menor en situación de desamparo temporal y voluntario tiene entre cero y seis años, entonces se ha optado por recurrir a familias de acogida, al considerar que de esta manera “los críos se sentirán más cómodos y acogidos”, explica Georgina Oliva, quien matiza que “esas familias ya han sido validadas por el Instituto Catalán de Acogida y Adopción, forman parte de su bolsa de familias, lo que significa que están acreditadas y preparadas para acoger a menores, se han formado para saber cómo acompañarles en este proceso y conocen la dinámica”. En la actualidad, en Cataluña existen 750 familias acreditadas, de manera que la previsión es tener opciones suficientes para hacer frente a las consecuencias derivadas de la crisis del coronavirus, sin embargo, en la última semana en torno a tres mil nuevas familias han presentado su solicitud para ser acogedoras en un gesto de solidaridad y altruismo. Al respecto, Oliva indica que “vamos a recurrir de inicio a nuestras familias ya acreditadas y esperamos tener suficiente con éstas, pero es muy buena noticia que tantas hayan presentado su solicitud para un futuro”.
En cualquier caso, a día de hoy hay quince menores, de entre cero y seis años, que han tenido que ser acogidos por familias desde que se decretara el estado de alarma, pero todos ellos proceden de centros de protección. “Hemos tenido que sacarlos de allí porque era necesario poner en marcha aislamientos”, cuenta la secretaria de Infancia, Adolescencia y Juventud, quien en este sentido recalca que “por ahora, no ha sido necesario ofrecer una familia de acogida a ningún niño porque sus padres o cuidadores principales hayan sido infectados por el virus”. Y es que como quiere poner de relieve Oliva, “en este ámbito, hemos querido anticiparnos y no ir esta vez a remolque”.
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