Independentismo
El independentismo no frena: estudia una movilización para la Diada pese a la crisis del coronavirus
Carles Puigdemont aboga por una manifestación que respete que las distancias de seguridad
Pese a todo al valor que ha adquirido el 1-O para el independentismo, ninguna fecha simboliza mejor el «procés» que el 11 de septiembre. La Diada de 2012 se convirtió en el punto de partida del proyecto separatista y, desde entonces, se ha erigido en una de las citas anuales más importantes para el independentismo. Este año, sin embargo, con la crisis del coronavirus todo apunta a que se tenga que cancelar la habitual manifestación impulsada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) por los evidentes riesgos que supone una concentración masiva de gente, aunque Carles Puigdemont no parece dispuesto a renunciar del todo.
El expresidente de la Generalitat aseguró hace unos días que el derecho a manifestación «no se puede alterar» y especuló sobre cómo podría desarrollarse este año. «Si se debe de organizar una manifestación, se deberá de prever», afirmó en «Rac1». Puigdemont tomó como fuente de inspiración para organizar el próximo 11-S la reciente manifestación organizada en Tel Aviv (Israel) contra el primer ministro, Benjamin Netanyahu, donde unas dos mil personas se concentraron en una plaza manteniendo las distancias de seguridad: «Es una coreografía espectacular». «Los 11 de septiembre si se han caracterizado por algo es por montar grandes coreaografias. Por tanto, probablemente, la coreografia gigantesca de una manifestación masiva que respete los términos del confinamiento puede dar la vuelta al mundo. Se inscribiría en la lógica y en la naturaleza de las manifestaciones que desde el año 2012 estamos organizando cada año», apuntó.
La presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, aunque más cauta, también reconoce que están estudiando cómo pueden organizar este año una movilización. De momento, se mantienen a la expectativa de la evolución de la epidemia del coronavirus, sin descartar escenarios como una manifestación de «manera digital». Los líderes independentistas, por tanto, parecen lejos de aparcar sus planes ni rebajar el tono pese a la crisis sanitaria, como ha quedado reflejado también con algunos exabruptos de dirigentes del Govern contra España.
La crisis sanitaria también ha forzado a Quim Torra a alterar el horizonte político de Cataluña. Las elecciones catalanas, que deberían de tener una fecha fijada desde el pasado viernes cuando se aprobaron los presupuestos de la Generalitat –así se había comprometido el president a hacerlo–, parecen alejarse por ahora ante la emergencia sanitaria. De hecho, Torra tiene la intención de presentar en los próximas días un nuevo plan de «legislatura» para afrontar la crisis provocada por el coronavirus. La portavoz de la Generalitat, Meritxell Budó, explicó ayer que será «transversal» y se elaborará con la colaboración del mundo local y de todos los sectores tanto económicos como sociales y laborales de Cataluña.
Si bien, también es cierto que el president podría ser destituido del cargo si el Tribunal Supremo ratifica la condena de inhabilitación que le impuso el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña –se conocerá previsiblemente en verano–.
✕
Accede a tu cuenta para comentar