Partido Popular
El contexto político y el fiasco en el País Vasco alejan una alianza entre PP y Ciudadanos en Cataluña
Los populares enfrían la coalición ante el viraje y acercamiento del partido naranja a Pedro Sánchez
Con las elecciones catalanas en un horizonte inmediato, los partidos catalanes deben ir tomando posiciones de forma cada vez más acelerada. Si en el lado independentista la incógnita está en el espacio convergente -si hay acuerdo o no entre PDeCat y el partido de Carles Puigdemont-, en el lado constitucionalista sobrevuela la posibilidad de una coalición electoral entre PP y Ciudadanos. Si bien, ese escenario -pese a que el partido naranja trate ahora de buscarlo- parece cada vez más imposible. Por dos motivos: por el contexto político, donde la formación de Inés Arrimadas ha emprendido un giro para acercarse a Pedro Sánchez y los Presupuestos Generales del Estado (PGE) pueden convertirse en la confirmación; y, por la experiencia en el País Vasco, donde la alianza no funcionó -el PP disponía de 9 escaños en la pasada legislatura y en las elecciones del 12 de julio obtuvo, junto a Ciudadanos, 6-.
En las filas populares, que ya tildaron de “poco seria” la propuesta de los naranjas hace unos días para formar una coalición que incluyera al PSC, no cierran del todo la puerta por si cambiaran las cosas de ahora a que se convoquen las elecciones y resurgiera con fuerza la tensión en torno al “procés”. Si bien, de celebrarse en estos momentos, se muestran poco favorables porque creen que podría repetirse el fiasco del País Vasco ya que consideran que tienen electorados distintos -pese a compartir una parte-: así, votantes del PP podrían marcharse a Vox, mientras que votantes de Ciudadanos podrían irse al PSC. De momento, no ha habido ninguna toma de contacto formal entre ambas formaciones.
Y es que los populares, que se erigen en la única fuerza de centroderecha en Cataluña después de que JxCat haya virado a la izquierda, sostienen que la campaña electoral pivotará sobre cuestiones económicas y sociales y el “procés” quedará en segundo plano. “No estamos en el mismo contexto que en las elecciones de 2017″, valoran en el PP catalán, aludiendo a que aquella cita electoral se celebró poco después del 1-O y de meses frenéticos por el desafío independentista. Así, pretenden reivindicar algunas banderas que han empuñado en la autonomía y a nivel nacional en las últimas semanas, como la lucha contra la “okupación” o la bajada de impuestos, teniendo en cuenta que Cataluña es el territorio donde más tributos se pagan.
“Nos convendría que las fuerzas constitucionalistas vayan cada una por su lado y después plantear una alternativa al independentismo”, sugieren desde la sala de máquina de los populares catalanes. Si bien, el PP catalán puede encontrarse con un escollo a su intención de ir con candidatura propia con Alejandro Fernández como cabeza de lista: la dirección nacional. De momento, según explican, Génova es “sensible” a la voluntad de los dirigentes catalanes y parece lejos de volver a inmiscuirse como ocurrió en el País Vasco e imponer su criterio desde Madrid.
Todas las encuestas apuntan a la recuperación del PP en Cataluña tras años de declive y podría situarse en torno a los 10 escaños, mientras que los sondeos señalan una bajada considerable de Ciudadanos, que podría perder la mitad de los escaños que obtuvo (36) en la victoria en las elecciones de 2017.
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