Covid-19

Ultimátum antes del toque de queda

Las UCIS están al 80% y uno de cada cuatro pacientes graves tiene covid. Salut pide a los ciudadanos que cierren filas con los profesionales sanitarios para evitar desprogramar operaciones

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La COVID-19 ha dejado un nuevo récord en Cataluña: el riesgo de rebrote se situó ayer en 466, cien puntos más que hace una semana. Es la cifra más alta alta desde el inicio de la pandemia, aunque no hay que comparar los datos de esta segunda ola con los de la primera, porque entonces apenas se detectaba el 10% de los positivos y ahora se diagnostica un 70% de los casos. Este récord además tiene las horas contadas. Según los cálculos matemáticos del Grupo de Biología Computacional y Sistemas Complejos (BIOCOMSC) de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) la situación empeorará en los próximos días y es muy probable que la incidencia acumulada llegue a los 500 casos por cada 100.000 habitantes, los números que llevaron al Gobierno a actuar en Madrid.

En el último parte, se declararon 51 fallecidos y 2.897 nuevos positivos. Cataluña acumula ya 206.294 casos, pero el nuevo coronavirus aún tiene recorrido para hacer daño: la población es de 7.727.029. Los avances en la contención del virus son lentos. El único resultado que se ve por ahora es un ligero descenso en la tasa de transmisión. La RT ha bajado ligeramente a 1,28. En estos momentos cada infectado contagia a una media de 1,28. El objetivo de las medidas drásticas en vigor, que han llevado a cerrar bares y restaurantes durante quince días, es llegar al 1 de noviembre a una tasa de transmisión por debajo de 1. Es la única manera de disminuir la incidencia y mejorar la situación. Si no se consigue, habrá más restricciones. La más severa es un toque de queda.

Los copeos en casas particulares se han convertido en un clásico de la llamada «nueva normalidad», sobre todo, entre estudiantes de bachillerato y universitarios. «Estoy esperando para hacerme una PCR porque en la última fiesta que estuve, 21 personas han dado positivo», cuenta una joven en la cola de un Centro de Atención Primaria. Es su primer año en la universidad. Prefiere no dar su nombre, pero cuenta que estudia Publicidad y Relaciones Públicas.

Los CAP están desbordados. Hace una semana las consultas por coronavirus representaban el 18% del total, ahora ya son una de cada cuatro. La atención primaria atiende el 80% de los casos de COVID-19. Y aunque los hospitales se ocupan del otro 20%, la cifra de nuevos enfermos que necesitan hospitalización ha crecido un 26% en la última semana y los que necesitan cuidados intensivos un 50%. La situación en los hospitales es un espejo de lo que ocurre en la calle y lo que detectan los médicos de familia. El 80% de las unidades de cuidados intensivos están ocupadas: un 36% son pacientes con covid y un 62% enfermos convencionales. Pero a principios de mes la situación era otra. El porcentaje de pacientes en la UCI con COVID-19 se situaba alrededor del 20 %, un indicador que se mantuvo relativamente estable durante semanas.

Este incremento también se detecta en las camas de hospitalización convencional, que tiene una ocupación del 86 %: a principios de octubre los contagiados por COVID-19 eran un 7 %, mientras que hoy día el porcentaje es el doble, del 14,5 %. La subdirectora del CatSalut, Marta Chandre, en el contacto de los martes para informar de la pandemia, admitió estar preocupada por la tendencia y la velocidad con la que se dan estos cambios en los porcentajes. «Nos avisa de que en los próximos días se puede complicar más la situación asistencial», advirtió.

Este contacto habitualmente lo ofrece Josep Maria Argimon, pero el director de la Agencia de Salud Pública está de baja por covid. Por ahora, tiene síntomas leves, dolor muscular y mucho cansancio.

En su lugar, Chandre, Jacobo Mendioroz y el secretario de Salut, Marc Ramentol pidieron a la población que cierre filas con los profesionales sanitarios y respete las restricciones. Ramentol admitió que los indicadores no son buenos, pero dio un voto de confianza a la ciudadanía antes de avanzar hacia el toque de queda. «Solo con el esfuerzo y compromiso de la ciudadanía, se logrará que el sistema de salud pueda cuidar en las próximas semanas como es debido a todos los enfermos, tengan o no el virus», dijo.

El objetivo de Salut es evitar que se deje de atender otras patologías. Los hospitales más pequeños plantean ya desprogramar operaciones. Los planes para tener más camas sin alterar la actividad ordinaria, se agotan y la paciencia de los médicos también. Los trabajadores de Urgencias del Hospital del Mar publicaron un tuit tras siete meses de silencio: «No hacemos un tuit desde el 9 de marzo, hemos sido respetuosos, pero no podemos más (...) El 78% de nuestras UCI ya son pacientes COVID. Hay 163 pacientes en urgencias y uno lleva más de 170 horas en una camilla». Un grito desesperado para concienciar.