Medio Ambiente
El reto del agua: combatir el cambio climático y generar ocupación de calidad
Aigües de Barcelona trabaja para convertir la ciudad y su área metropolitana en un ‘hub’ mundial de resiliencia climática y territorial que reactive la economía
El cambio climático avanza imparable y cada minuto cuenta. El agua, fuente de vida y origen de las civilizaciones milenarias que nacieron en la cuenca del Mediterráneo, juega un papel vital para mitigar los efectos del cambio climático y para construir territorios autosuficientes y más independientes de las condiciones ambientales. Instaurar un nuevo ciclo virtuoso en el que se reutilicen todos los recursos, incluidos los hídricos, puede ser un gran motor que impulse la reconstrucción económica y social necesaria para paliar los efectos de la pandemia de la COVID-19.
El 24 de octubre, Día Internacional contra el Cambio Climático, es un buen momento para reflexionar sobre esta situación, pero también para proponer soluciones. Aigües de Barcelona, precursora de la economía circular, trabaja para que la ciudad y su entorno desempeñen un papel de liderazgo ante el mayor reto colectivo, junto a la crisis sanitaria, que tiene por delante la humanidad. Actor clave en la acción por el clima, la compañía basa su estrategia en el desarrollo de soluciones de adaptación y mitigación al cambio climático, así como modelos de economía circular y responsables con el clima. Barcelona y su área metropolitana poseen el conocimiento, la experiencia y la tecnología para convertirse en campeona europea de la sostenibilidad y en un ‘hub’ mundial de referencia en autosuficiencia y resiliencia hídrica, energética, con residuo cero y con plena adaptación al cambio climático.
En el marco del ‘Pacto Verde’ europeo (EU Green Deal), Barcelona tiene la oportunidad de convertir la resiliencia ambiental en un sector estratégico que sirva de catalizador para su ecosistema emprendedor, especialmente en el área del agua y de las tecnologías verdes. Una forma de generar crecimiento sostenible y ocupación de calidad. El sector del agua como motor de una profunda transición económica y ecológica.
La cuenca del Mediterráneo, que alberga una rica producción agrícola y de alimentos, es una zona de gran tensión hídrica, que se ha disparado con el calentamiento global. Ante este escenario resulta clave trabajar en fuentes alternativas, que generen recurso local, doten a los territorios de mayor independencia de las condiciones climáticas o el estado de las masas de agua y velen por los ecosistemas. La reutilización del agua es una de las opciones imprescindibles para hacer frente a los impactos de las sequías, y con un gran potencial de desarrollo, ya que en la actualidad sólo se vuelven a aprovechar en España entre el entre el 5 y el 12% de las aguas depuradas. Apostar por el agua regenerada, ejemplo de la economía circular, en el área metropolitana de Barcelona permitiría, por ejemplo, eliminar la dependencia de fuentes hídricas ajenas al territorio, como el agua del río Ter. Dar una nueva vida a los residuos también es básico. Los lodos de las depuradoras generan biometano, nueva fuente de combustible ‘verde’. Pero no sólo eso. Las depuradoras se transforman así en ecofactorías autosuficientes que generan energías alternativas, básicamente de origen solar, mediante la instalación de placas fotovoltaicas.
Aigües de Barcelona, en una cita tan señalada como la de hoy, quiere seguir concienciando en la lucha contra el cambio climático y en la defensa de la sostenibilidad del territorio. Pero también ser proactivo, gracias a la capacidad de plantear proyectos e inversiones asociados al ciclo integral del agua contribuyan a una reconstrucción verde y digital, con un nuevo modelo de crecimiento sostenible que genere empleo de calidad. Un futuro diferente es posible.
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