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Miquel Iceta: un hombre de partido que rompe el tablero político

Desde que ingresara en el PSC en 1978, el dirigente socialista siempre ha tenido un papel relevante

El primer secretario del PSC, Miquel Iceta. larazonPSC

“Salvo terremoto o problema cardiaco agudo, seré candidato”. Con esas palabras, pronunciadas en el programa de Carlos Alsina en Onda Cero el 29 de septiembre, Miquel Iceta cerraba la puerta a dar un paso al lado y ceder el testigo de la candidatura a Salvador Illa. Sin embargo, Iceta (Barcelona, 1960) es un hombre de partido que siempre ha emergido en el PSC cuando más se le ha necesitado y ahora vuelve a prestar un servicio de un gran valor político: renuncia a liderar a los socialistas catalanes el 14 de febrero para encumbrar a Illa y romper el tablero político.

La maniobra se ha fraguado con total hermetismo en la sala de máquinas socialista. “La política es el arte de lo que no se ve”, afirman hoy conocedores de la operación. Iceta había cerrado la puerta en público de manera rotunda hasta ahora, pero, aun así, la posibilidad del cambio de candidato se había mantenido sobrevolando con intensidad hasta ayer mismo. Y, ahí, el gran protagonista y autor del giro diametral de los acontecimientos es Iván Redondo, que también va a tener un papel destacado en la cocina de la campaña electoral del PSC. Tanto es así que la semana pasada, en un encuentro personal mantenido con el propio Iceta, el dirigente socialista lanzó una frase premonitoria: “A mí, Iván Redondo me da miedo porque entras en una reunión con tus ideas y sales con las de él”.

Una semana después, el cambio de candidato se ha materializado: Illa liderará la lista del PSC el 14-F. Iceta, con este movimiento, agita el mapa electoral en un momento en que, con él de candidato, el PSC no lograba superar la barrera de los 30 escaños en las encuestas, mientras que ahora, con el ministro de Sanidad de revulsivo, puede aspirar a vencer en las elecciones y recuperar la presidencia de la Generalitat que perdió en 2010. Iceta, con un gran olfato político que ha ido cultivando en su larga trayectoria política, ha medido los tiempos y ha apurado los plazos para designar a Illa como cabeza de lista –el cambio y las listas electorales se aprobarán esta tarde en el Consell Nacional-.

La militancia política de Iceta empezó en los albores de la democracia cuando se afilió al Partido Socialista Popular de Cataluña de Enrique Tierno Galván en septiembre de 1977. De ahí dio el salto al PSC, que nació un año más tarde (en julio de 1978). En el PSC siempre ha tenido un papel relevante en la sala de máquinas: ha participado en las campañas electorales de Raimon Obiols, Narcís Serra, Joaquim Nadal, Pasqual Maragall y, sobre todo, de José Montilla.

Con Montilla tuvo un papel relevante, pero también determinante al ser autor del eslogan de campaña “Fets i no paraules” (Hechos y no palabras) en las elecciones catalanas de 2006 que tanto resultó dio ya que permitió al PSC mantener la presidencia de la Generalitat. También conoce La Moncloa, ya que trabajó junto a Narcís Serra cuando fue vicepresidente del Gobierno en los 90. Su desempeño al servicio del partido ha sido amplio y fructífero: ha estado en todos los frentes siempre que la formación lo ha necesitado. Un ejemplo es que cuando Montilla era alcalde de Cornellà -ciudad que colinda con Barcelona-, le reclutó para ejercer de portavoz del grupo municipal entre el 1987 y el 1991 cuando Iceta apenas había pisado la ciudad.

Pero el mayor compromiso lo demostró cuando dio el paso al frente 2015 en un momento en que el PSC se hundía. Salvó los muebles de un partido con escisiones, y al que muchos ya habían puesto en la estantería que acoge los libros de historia. Con Iceta en cabeza, los socialistas se han reorganizado y se han reforzado: tanto es así que, pese a que el PSC ha perdido escaños en el Parlament con respecto a su antecesor (Pere Navarro), también ha podido mantener y crecer en votos. En 2017 superó los 600.000 sufragios, el mejor registro desde 2006.

Este cambio de tendencia también se ha producido con Illa entre bambalinas, que es el secretario de Organización del PSC. Illa se ha encargado de ir recosiendo al partido territorialmente y junto a Iceta forman un buen tándem. Incluso Iceta puso en circulación en el PSC unas chapas, que daba a todo aquel que venía con un problema, «El que digui Salvador» –Lo que diga Salvador–. Con Illa al frente de la candidatura, el PSC también busca arañar votos entre los indecisos -todavía se estima que hay un 30%-, que pueden decantar la balanza electoral. En paralelo, Iceta podría poner rumbo a Madrid para ocupar el ministerio de Política Territorial.

Esta maniobra también se da por una pirueta del destino y puede rebotarle de frente a Esquerra. Y es que los republicanos bloquearon el paso de Iceta al Senado, donde era el elegido por Pedro Sánchez para ser el presidente de la cámara alta. Ahora, este movimiento puede dañar las aspiraciones electorales de ERC, que competirá con el PSC por la victoria.

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