Nuevo ataque a necesitados
Detenido por un nuevo ataque muy violento a un indigente en Barcelona
Golpeó con un palo y a puñetazos a la víctima en el distrito de Sant Martí
Se trata del segundo episodio parecido que se vive este año en las calles de Barcelona. Los Mossos d’Esquadra arrestaron este fin de semana, la madrugada del domingo, a un hombre de 35 años como presunto autor de una agresión violenta contra otro hombre que dormía en la calle en el distrito barcelonés de Sant Martí. El indigente sufrió importantes heridas a la cara después de recibir puñetazos y golpes con un palo.
La Policía Autonómica recibió el aviso de un ataque a las 00.30 horas del domingo, en la calle Andrade del distrito, gracias a la llamada de un testigo a emergencias. Según indicó el cuerpo, la víctima denunció que un desconocido le había golpeado con puñetazos en la cara y con un palo en las piernas. También explicó que el agresor había huido poco antes de que llegaran los Mossos y que, un amigo suyo, que también duerme en la calle, lo seguía corriendo.
Otra patrulla recibió entonces el aviso de una discusión entre dos hombres no muy lejos del lugar de los hechos. Cuando los agentes llegaron encontraron al amigo de la víctima, que había podido parar y retener al agresor.
La patrulla identificó al presunto agresor y, gracias al testimonio de varias personas que habían visto el ataque, lo detuvo por un delito de lesiones.
La víctima fue trasladada por los servicios de emergencias médicas al Hospital del Mar para tratarse las lesiones sufridas.
Existe un precedente muy próximo en el tiempo. Lo contó el Gimnàs Social de Sant Pau la mañana del 10 de febrero a través de su cuenta de Twitter. Tres jóvenes, sobre las 8.00 horas, rociaron con gasolina un indigente “sin techo”, con la clara intención de quemarlo.
Lo pudo explicar él mismo, por suerte, en un vídeo difundido por la CUP de Ciutat Vella, ya que el gimnasio está ubicado en el barrio barcelonés del Raval. Afortunadamente, un trabajador del gimnasio lo vio todo, y pudo parar la tragedia.
De momento, no constan denuncias y los Mossos d’Esquadra siguen intentando averiguar más detalles para aclarar los hechos y localizar a los agresores, que se podrían enfrentar a penas de prisión.
Un hecho muy similar y con peor final ocurrió hace 16 años en Barcelona, en esta ocasión en un cajero automático de la calle Guillem Tell, en el barrio de Sant Gervasi. María Rosario Endrinal “Charo” la vida le trató mal y falleció quemada con vida por tres chicos adolescentes. La rociaron con un disolvente inflamable que prendieron con una colilla.
La Audiencia de Barcelona condenó a 17 años de prisión por un delito de asesinato a Oriol P. y a Ricard P., los dos jóvenes que, junto a un menor de edad que fue condenado a ocho años de internamiento que ya cumplió, rociaron con líquido inflamable y quemaron viva a la mendiga en el cajero automático.
La sentencia del caso, que conmocionó a Barcelona e hizo correr ríos de tinta en la prensa de la época, deja claro que se trató de un asesinato y del “dolor intenso causado a la víctima”, que apenas tenía 50 años, aunque aparentaba algunos más por las penurias en las que malvivía.
Para denunciar la aporofobia (odio hacia la gente pobre), varios colectivos y vecinos de Sant Gervasi organizaron un homenaje a la mujer con una concentración de velas en memoria de Rosario Endrinal.
La sentencia consideró probado que los jóvenes, de apenas 18 años, atacaron a la víctima sobre las 1.40 horas del día 16 de diciembre de 2005 con diversos objetos, como una naranja, una botella de plástico con restos de líquido y dos conos de señalización viaria.
Tras este primer ataque, los tres jóvenes “urdieron una trampa” para engañar a María Rosario Endrinal y para que ésta les abriera el cajero automático en el que estaba encerrada intentando dormir.
Así, el menor, golpeó la puerta con gestos de necesitar utilizar el cajero automático para que la indigente le dejara pasar mientras los otros dos jóvenes estaban escondidos.
Previamente, se apoderaron de un bidón que estaba en un andamio cercano y que contenía cinco litros de un disolvente compuesto de acetona, acetato de etilo, metanol y tolueno, sustancias que aceleran la combustión.
La sentencia estableció que tras verter el líquido cerca de la mujer, Ricard P. tiró una colilla que portaba, causando una potente deflagración que quemó a la mujer, momento en que los dos acusados y el menor abandonaron el lugar “sin que ninguno de ellos auxiliara o requiriera auxilio para la víctima”. La mujer vivía en la indigencia porque se habían roto todos sus lazos familiares y afectivos.
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