Municipal
El exceso de ruido provoca 130 muertes al año en Barcelona
El 57% de los barceloneses están expuestos a niveles de ruido superiores a los recomendados por la OMS
El Informe Ruido ambiental y salud en la ciudad de Barcelona, elaborado por la Agencia de Salud Pública de Barcelona (APSB) presentado hoy en el Ayuntamiento arroja conclusiones, cuanto menos, sorprendentes. La contaminación no es el único asesino silencioso al que se enfrentan los barceloneses, el ruido, también. En la capital catalana alrededor de 130 personas mueren cada año por enfermedad cardiovascular atribuibles a la exposición crónica al ruido ambiental. Es el dato más contundente del estudio, basado en el mapa del ruido en la ciudad de 2017, pero hay otros. Un 57% de los barceloneses están expuestos durante todo el día a unos niveles de ruido de tráfico iguales o superiores al que la OMS considera negativos para la salud (53 dB). O que un 27% de la población está expuesta a niveles que están muy por encima de este umbral (65 dB). El ruido es, de hecho, la segunda causa ambiental que más impacto tiene sobre la salud en Europa.
El informe, presentado por la concejal de Salud, Gemma Tarafa, y el de Emergencia Climática, Eloi Badia, estima que más de 210.000 personas, un 13% de los ciudadanos, sufren una molestia intensa debido al ruido, es decir, que les afecta emocionalmente y psicológicamente. También unas 60.000 personas, un 4%, tienen un trastorno grave del sueño debido al ruido. Los niveles de ruido son desiguales según el punto de la ciudad. El Eixample es el distrito más expuesto a la contaminación acústica derivada del tráfico, mientras que Ciutat Vella lo es para el ocio nocturno. El tráfico es el responsable del 80% de la contaminación acústica en la ciudad, y el ocio nocturno es la segunda, aunque desde el inicio e la pandemia tiene muy poca afectación.
Programa de Reducción de la Contaminación Acústica
Para paliar sus efectos, el Ayuntamiento ha elaborado un paquete de medidas, algunas de las cuales ya se están aplicando, como la pacificación de las calles y de los entornos escolares, o el despliegue de supermanzanas, para paliar los efectos del ruido. El Programa de Reducción de la Contaminación Acústica 2021-2030 incluirá distintas medidas, ente las que destaca la incorporación de radares acústicos para determinar aquellos vehículos que provocan picos de entre 5 y 10 decibelios.
Asimismo, se prevé avanzar en el despliegue de la ciudad a 30 kilómetros por hora, reducir la movilidad en vehículo privado, ampliar el proyecto de ‘supermanzanas’, controlar el impacto acústico de las obras y las actividades de ocio, y proteger los entornos escolares. El Gobierno municipal también adquirirá 20 nuevos sensores de sonido con el objetivo de colocarlos en aquellos espacios y zonas en los que se implementen cambios urbanísticos para evaluar sus efectos, y que se sumarán a los 133 sensores que ya tiene la ciudad.
✕
Accede a tu cuenta para comentar