CDR

El independentismo fracasa en su intento de reventar la visita de Felipe VI

La protesta se ha limitado, ante la falta de manifestantes, a unas pancartas sobre la autopista que los Mossos han retirado

Más periodistas que manifestantes. Así podría resumirse el pálido intento de boicot de los independentistas a la visita a Seat de Felipe VI. Los CDR, de la mano de la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural, han salido de su larguísimo letargo con escaso éxito. Quizás porque Martorell no les pilla tan a mano o porque en los polígonos industriales no hay tantos contenedores para quemar, pero lo cierto es que la protesta se ha limitado a unas pancartas en los puentes de la autopista que los Mossos han retirado sin mayor complicación.

Seat, en cualquier caso, cumple 70 años. De ahí que tanto Felipe VI como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hayan acudido a la planta de la compañía. ANC y Òmnium cultural habían convocado la concentración a las 9.30 horas de la mañana y poco antes han colgado una pancarta de “Cataluña no tiene rey”, visible desde la autopista. En total, unas cincuenta personas. No obstante, minutos después de colgar las pancartas, la ANC ha denunciado a través de las redes sociales que los Mossos les han hecho retirarlas. “Una vez más nos encontramos ante actuaciones del Govern que limitan el ejercicio de derechos fundamentales”, han denunciado a través de Twitter. La policía catalana ha hecho descolgar tres de las cuatro pancartas.

La ANC ha publicado la foto de la pancarta y ha hecho un llamamiento para volver a “demostrar que Cataluña no tiene rey”. “Liberémonos de un estado regido por una institución corrupta, represora y antidemocrática. Fuera el Borbón “, ha escrito en perfil de Twitter.

También Òmnium Cultura ha enviado el mensaje: “Cataluña no tiene rey! Le decimos a Felipe El Último desde Martorell. Adiós, Borbones! Bienvenida, República catalana”. La presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, se esforzaba en subrayar el mensaje de las pancartas pero la escasa moral de la tropa no daba para mucho más. Al final, la protesta se ha limitado a jugar un rato con los Mossos al gato y al ratón. Es decir, volver a colgar la pancartas.