Tribunales

Declaran culpable por unanimidad al acusado de violar y matar a una niña en Vilanova i la Geltrú

El jurado añade al asesinato los agravantes de alevosía y ensañamiento

Juicio por la violación y asesinato a una niña de 13 años en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) en 2018. En la Audiencia de Barcelona, el 12 de abril de 2021. EUROPA PRESS
Juicio por la violación y asesinato a una niña de 13 años en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) en 2018. En la Audiencia de Barcelona, el 12 de abril de 2021. EUROPA PRESSEUROPA PRESS

El jurado del crimen a una niña de 13 años en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) en 2018 ha declarado culpable por unanimidad al acusado de asesinarla y violarla.

El tribunal popular ha hecho público su veredicto este viernes, en el que añade al asesinato los agravantes de alevosía (por unanimidad) y ensañamiento (por ocho votos favorables y uno en contra).

Ha rechazado, también por unanimidad, que el hombre estuviera ebrio y drogado y eso le impidiera ser consciente de sus actos, tal como alegó la defensa al intentar que se aplicara un atenuante, y ha aseverado que fue “consciente en todo momento de los actos que realizó ese día”.

Los nueve miembros del jurado han rechazado que la niña entrara voluntariamente en casa del acusado como él sostuvo, y al justificar que consideran probada la violación han remarcado que al encontrar el cadáver estaba sin pantalones, afirmando que “el acusado se los quitó con la intención de agredirla sexualmente”.

Los dos únicos puntos del veredicto que no se han aprobado por unanimidad sino con ocho votos favorables son la asfixia como causa de la muerte y el ensañamiento --le causó mucho más dolor del necesario golpeándola y acuchillándola-- como agravante en el asesinato.

“La muerte por asfixia no es inmediata. Lleva un tiempo, la persona es consciente del ataque”, ha recordado el jurado en base a las declaraciones de los médicos forenses, y al exponer el veredicto han señalado que la asfixia es una forma de matar agonizante, consciente y cruel.

La Fiscalía y la acusación particular, que representa a la familia de la niña, han reafirmado su petición de condenar al acusado a prisión permanente revisable por el asesinato con alevosía y ensañamiento a la menor después de violarla, además de una condena de 10 años por agresión sexual.

La ley prevé condenas de prisión permanente revisable para asesinatos a menores de 16 años y en crímenes vinculados a un delito contra la libertad sexual, y el juez valorará la pena que impone al acusado en la sentencia que redactará a raíz de este veredicto.

Al reafirmar la petición de condena, la fiscal ha señalado “la personalidad que ha revelado el acusado, que se manifiesta como una persona fría, no empática y que ha manipulado las pruebas a su favor durante toda la instrucción y en el juicio”.

Ha remarcado que no ha reconocido los hechos, “únicamente ha reconocido parcialmente aquellas circunstancias que podían beneficiarle”, y le ha tachado de ser un tipo de delincuente de difícil resocialización y rehabilitación.

Por su parte, la abogada de la defensa, ha pedido al juez “la pena mínima que considere” y tomar en cuenta como atenuante la reparación del daño que el jurado ha considerado probada por unanimidad en base a que el acusado entrega mensualmente 30 euros de los 100 que gana en prisión a la familia como indemnización.

La Fiscalía ya mantuvo en la última sesión del juicio que el acusado la agredió sexualmente, la mató “e intentó esconder el cadáver pero le faltó tiempo”. Aseguró que “ha hecho mucho más una representación que una declaración” y ha adaptado su versión a los hechos, manipulando los resultados de las pruebas adaptándolas a su interés, en sus palabras.

Considera que el acusado ha adaptado su discurso partiendo de una intoxicación de drogas, alcohol y paranoia, pero “los 42 testigos, a excepción de dos que son sus hermanas y que se contradijeron, dijeron que lo habían visto en perfectas condiciones”.

La fiscal ha negado que la niña se perdiera, se desorientara o se escondiera en el piso del acusado, y ha asegurado que él la cogió a la fuerza y la introdujo en su vivienda, porque la niña, por sus “características especiales”, tenía miedos y unas rutinas muy marcadas, por lo que considera que es imposible que se escapara de casa de sus abuelos.

Ha descartado la versión del acusado --que mantenía que fue un homicidio imprudente al confundirla con un ladrón durante un episodio de paranoia-- y se ha referido a la forma como la mató, a la correa de perro que encontraron en el cuello de la víctima y a las heridas que le causó con cuchillos.

La fiscal ha asegurado que la niña fue consciente de todo el ataque, que “fue una muerte lenta y agónica, sin ninguna finalidad aparente, un asesinato absolutamente truculento”, y que el acusado, durante todo el juicio, lo ha asumido todo menos lo que le perjudica.

Al exponer los informes finales, el letrado de la acusación particular, que representa a la familia de la menor, insistió en que el único motivo que encuentra para justificar que el acusado forzara a la víctima a entrar en su casa es por un motivo sexual, “no hay ninguna duda”.

Respecto al hematoma que se encontró en la zona genital de la víctima, el acusado afirmó que no le había dado ningún golpe ni se le había tocado, pero el letrado ha recordado que un médico forense testificó que “este tipo de lesiones suelen encontrarse en los delitos sexuales”, asegurando que hubo agresión sexual.

El letrado expresó al jurado: “Supongamos que la niña se mete en casa del vecino. ¿Esto justifica que la matara y las atrocidades que hizo este señor después? ¿Un niño tiende a entrar en una habitación oscura? Sin embargo, resulta que la niña se mete en una casa y se cierra en una habitación. Ella dormía con una luz por las noches, ¿cómo iba a meterse en una habitación que no conoce a oscuras?”.