División
Borràs, en la cuerda floja por su desobediencia “fake” a la Junta Electoral
La presidenta del Parlament dará explicaciones la semana que viene y se revuelve contra “los compañeros de viaje”. ERC, con Junqueras a la cabeza, apunta directamente a su gestión
El “caso Juvillà”, la inhabilitación de un diputado antisistema por desobediencia, va camino de convertirse en una pesadilla para el independentismo y en concreto para Laura Borràs. Lo que debía ser una algarada contra el Estado, un terreno en el que exhibir su rebeldía y convertirse en adalid del desacato, puede acabar con una nueva herida en la maltrecha relación entre Esquerra, Junts y la CUP: la gestión de la presidenta del Parlament y su desobediencia “fake” a la Junta Electoral -cumplió a la primera- no sólo ha enervado a la oposición sino que también ha irritado a republicanos y anticapitalistas, muy molestos con la posconvergente.
La maniobra de Borràs ha sentado como una bomba en las filas de la CUP. “No ha sido ni convocado, sus derechos están suspendidos”. clamó la diputada Eulàlia Reguant, en el pleno tras el anuncio de la presidenta del Parlament de rechazar el voto de Juvillà y hacer efectiva la orden de su inhabilitación. Es decir, los antisistema la señalan directamente y aseguran que el diputado ni había sido convocado a la sesión del jueves, todo antes de saber que la baja se había tramitado el lunes 28, cuando lo requirió la Junta Electoral.
Y los republicanos aprovechan para ajustar cuentas y le reprochan sus críticas a Roger Torrent en la pasada legislatura por despojar del acta a Quim Torra. “Todos sabéis que hubo quien criticó la actuación del presidente del Parlament Roger Torrent en su día, que actuó después de una sentencia firme del Tribunal Supremo. En este caso, la presidenta del Parlament ha decidido actuar mucho antes de que haya una decisión del Supremo”, ha criticado este sábado el propio Oriol Junqueras.
Pese a asegurar que no quería entrar en recriminaciones, el presidente de ERC ha apuntado que su partido desconocía que Juvillà fue dado de baja como parlamentario a fecha 28 de enero y ha considerado desacertado plantear una desobediencia conjunta de Govern y Parlament -así se lo pidió la semana pasada Borràs al president Aragonès- porque existe la “separación de poderes”.
En un acto organizado por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) en Vilassar de Mar (Barcelona), Borràs admitió anoche que esta ha sido “una semana muy dura” y trató de zafarse de las críticas comprometiéndose a dar las explicaciones pertinentes “la semana que viene, en el momento oportuno”.
Aunque, eso sí, la dirigente aprovechó para mandar varios mensajes al independentismo, “a los compañeros de viaje” en referencia a ERC y en menor medida a la CUP: “Estoy aquí por vosotros, sois vosotros con vuestro voto quienes ponéis a la gente y la sacáis de las instituciones. Y no debe hacerlo el Estado español inhabilitándonos ni mucho menos los compañeros de viaje”. Es decir, dijo que ni republicanos ni antisistema la harían renunciar al cargo.
“Han pasado muchas cosas, se han dicho muchas cosas, se ha intoxicado mucho y yo tengo la película completa”, advirtió. “Me permitiréis que la próxima semana yo pueda dar estas explicaciones porque cuando se hace lo que una está convencida de hacer siempre puede salir a dar explicaciones y a dar la cara”, zanjó la presidenta de la cámara.
Y es que la relación entre la dirigente de Junts y los republicanos nunca ha sido especialmente fluida: en la campaña electoral del año pasado, Borràs apostó decididamente por la vía unilateral propinando varios reveses a ERC y su apuesta pactista. Luego, se desmarcó del Ejecutivo de Aragonès, optó por el Parlament y marcó distancias con su antecesor, el republicano Roger Torrent, al fijar como referente a Carme Forcadell. Y después, relevó al secretario general Xavier Muro, en el punto de mira en la pasada legislatura precisamente por acatar la petición de la Junta Electoral Central (JEC) de retirar a Quim Torra su acta de diputado cuando fue condenado por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) a 18 meses de inhabilitación.
Sin embargo, la gestión de Borràs también genera ciertos recelos en Junts, con Carles Puigdemont guardando un escrupuloso silencio pese a tener programados varios actos públicos en Bruselas. Eso sí, de puertas hacia afuera, su círculo la defiende y acusa a la CUP de querer apartarla, de “mandarla a la papelera del Código Penal”.
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