Cataluña
La última ocurrencia del separatismo radical contra el castellano: iniciar una huelga de hambre
Quim Torra alienta esta forma de protesta para defender la inmersión lingüística, pero sin sumarse a ella
El separatismo radical está dispuesto prácticamente a todo. También a ir a la huelga de hambre contra el castellano. Dos activistas independentistas de Vic, municipio de la Cataluña interior, van a iniciar, con el apoyo de Quim Torra, una huelga de hambre para defender el catalán justo en un momento en que la aplicación de la sentencia del 25% de español en la escuela pública está más cerca que nunca. Si nada cambia, la previsión es que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ordene su ejecución durante la primera quincena de mayo.
“Estoy en Vic para apoyar a Jaume Sastre y Carles Furriols, acompañados de Biel Majoral, en su determinación en defensa de la lengua. Hoy comienzan una huelga de hambre por el catalán para exigir la protección del catalán i la inmersión ante los ataques constantes del estado español”, ha afirmado Torra en su cuenta de Twitter.
Lo cierto es que Torra alienta este tipo de iniciativas, pero sin sumarse a ellas. Es decir, mira los toros desde la barrera. Una línea muy parecida a la de Clara Ponsatí: alienta que haya gente dispuesta a que haya muertos en Cataluña para conseguir la independencia, mientras ella huye de la Justicia a Bruselas. “Con el planteamiento de no hacer nada si hay riesgo de muertos, no haríamos nunca nada. No es necesario que todo el mundo esté dispuesto a arriesgarse, simplemente es un riesgo que debe correrse”, aseguró Ponsatí.
En cualquier caso, el separatismo ha iniciado una campaña de acoso y derribo al castellano, aunque con poco apoyo social. En este sentido, la ANC también ha convocado una protesta frente al Parlament para manifestarse contra la reforma de la Ley de Política Lingüística que están promoviendo PSC, ERC y Comunes para que se adapten los proyectos lingüísticos de los colegios según la lengua dominante en el territorio. Una reforma que los radicales separatistas ven como una amenaza al catalán también porque sospechan que permitirá dar más espacio al castellano.
No obstante, se está viendo cómo tiene poco apoyo social el independentismo: en la huelga convocada el pasado 23 de marzo, apenas tuvo un 5% de seguimientos entre los profesores, una cifra de mínimos teniendo en cuenta que tenía el apoyo del Govern, incluso. Unos días antes, una huelga de profesores contra el Govern por los recortes llegó a tener un seguimiento de más del 30%, lo que refleja que la defensa de la inmersión lingüística tampoco tiene excesivo apoyo social.
En paralelo, organizaciones constitucionalistas han recogido más de 1.600 firmas de apoyo a una demanda para la ejecución de la sentencia del castellano, una cifra sustancial teniendo en cuenta que el independentismo siempre había menospreciado la capacidad de movilización del constitucionalismo para reclamar el castellano (siempre decían que había, como mucho, 80 familias, y ha quedado demostrado que son muchas más).
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